Opinión | Mira Vigo
Los del baby boom

Generación del baby boom de los Maristas. / FdV
Otro feliz reencuentro de antiguos compañeros del colegio. Estos que veis fueron la generación del baby boom de los Maristas de Vigo. La mayoría iniciaron su andadura en el colegio en el curso 58/59 con 5 o 6 años y remataron en PREU, en el año 1970. Durante unas horas entrañables volvieron a revivir los recuerdos y anécdotas acumulados a lo largo de aquellos años. Un hermoso día para todos que no desaprovecharon la ocasión, uno a uno disimulando, para auscultarse en silencio y ver quien había envejecido peor.
Una Avenida de Madrid digna como hall de entrada
El Vigo de más magnificencia literaria que yo leí fue el de Méndez Ferrín con fotos de Xulio Gil en su Vigo, fronteira do Alén, allá por 1983. Era un Vigo, si mal no recuerdo, cuyo poder fabricial se le iba advirtiendo al visitante en el descenso de Mos con sus polígonos industriales, un Vigo en el que el esplendor de la ría solo se adivinaba entre los huecos de la vegetación y edificios. Todo ese ensamblaje desembocaba en una Avenida de Madrid que con buen tino el mismo alcalde Caballero calificó como campo de concentración, con divisiones de cemento y verjas separando zonas, y no una gran avenida que gratificara la mirada del visitante y del mismo paisano residente. ¡Por fin el cambio está ya en marcha para que Vigo tenga la entrada que merece, de bulevar y no porqueriza! Entrar en Vigo por Rande era maravilla y por Mos ¡oh Señor! una pesadilla. El Vigo que proclamaba Ferrín, lleno de aciertos en la descripción de su alma olívica, tenía una dimensión literaria. Haríamos genuflexiones invocando a los dioses urbanos ya solo con una Avenida de Madrid dignificada como hall de entrada.
López Chaves: adiós a un hombre cordial, sosegado
Juan Manuel López Chaves. Adiós respetuoso y admirado. Escribo pocos días después de mi paso por Ciudad Rodrigo para comer en su Palacio de Montarco, cuna histórica del apellido familiar, y unos días antes por Ledesma, donde tengo foto ante la casa blasonada que también lo lleva. Castellano de nacencia, se nos fue un vigués irrepetible cuya vida se caracterizó por una lucha irreductible a través de la Asociación Amigos de los Pazos por la recuperación del patrimonio artístico de Galicia y por el de su ciudad, Vigo. De sobra está dicho su papel principal en la recuperación de los Caminos a Santiago. Y ya escribí hace mucho que lo hizo al modo del general chino Sun Tzu: con un aire pacifista, siempre sosegado y venciendo por estrategia. Primera batalla: la búsqueda y catalogación de pazos y torres y la sensibilización social sobre la importancia de su conservación; segunda, el Patrimonio Rural; tercera, el Patrimonio Urbano; cuarta, los Caminos de Santiago. Le tenía afecto y le hice para FARO sus memorias a este ser caballeroso, afable, bondadoso, muy recto de marca y de una humildad que amparaba su carisma.
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