Opinión
Eurovisión nos quita la careta
El pasado sábado, la candidata de Israel en el festival de Eurovisión, Yval Raphael, se estrenó con la canción «New Day Will Rise» (‘Un nuevo día amanecerá’), mientras los representantes de la gran mayoría de los países de la Unión Europea, descontada España y pocos más, la escuchaban repanchigados en los mullidos sillones de sus despachos.
Misión cumplida. Hemos conseguido que Israel participe en el festival; que se pase por alto la expulsión de Rusia por invadir Ucrania; que la letra de la canción no haya sido censurada y, ahora, hemos estado a punto de conseguir el triunfo total para nuestro aliado israelí.
Satisfechos con la hazaña conjunta, los dignatarios se asoman a la ventana para tomar aire fresco y contemplar el verde jardín atildado de flores, pisado por pacíficos ciudadanos (con/sin perrito) y correteado por chiquillos impolutos de polvo.
Pero pasa que a través de esa ventana no penetra el olor a sangre ni a cadáver putrefacto; no se escucha el llanto ni el aullido de un pueblo hambriento, agotado y desplazado por enésima vez; tampoco el ruido que hacen los valores europeos y la humanidad cuando son triturados para ser tragados por las alcantarillas del parque que contemplan.
Están tranquilos. Nada pasa porque la canción israelí haga referencia entre líneas a la guerra de Gaza; ni porque contenga entreverados mensajes de resiliencia a su pueblo por motivo de la contienda; ni porque envíe mensajes de unidad y superación a Israel para después del conflicto; ni tampoco importa si repite «nos quedaremos» en referencia a los territorios palestinos que el Ejército israelí va anexionando a golpe de desplazamiento y aniquilación.
Allá, nos dicen, suceden cosas que a ustedes, ciudadanos y ciudadanas europeos, ni les interesan ni pueden decirse. Pan y circo, bienestar y consumo, desinformación y mentiras, festivales…Gocen señores y señoras, la vida es corta, no se metan en líos, esto dejénoslo a nosotros, políticos y hombres de negocio que algún rendimiento sacaremos con esto se la guerra.
Si ese día del festival, mientras ustedes tatareaban la música ganadora del segundo puesto, mataron a cientos, cayeron bombas con más furor que nunca, por todas partes, incluidos centros de desplazados y hospitales, y si algunos niños se murieron de hambre, no se preocupen, miren para otro lado con ojos estrábicos. Al fin y al cabo, ellos, también sus hijas e hijos, son «los otros».
Y si en la noche más sangrienta de todas las noches gazatíes ustedes escucharon tranquilamente la canción de Yval Raphael, es porque, con ella, con la música, hemos blanqueado los sepulcros del pueblo palestino y sus epitafios de «Paz y Justicia».
En fin, visto lo visto, se podría decir que Israel ha ganado el primer premio del Festival de Eurovisión.
Suscríbete para seguir leyendo
- José Abellán, cardiólogo: «Para saber si has descansado bien el indicador más fiable es cuando terminas de comer»
- «Le invitó a cocaína y lo violó»: ratificada la condena por agresión sexual y robo a un joven en un parking de Vigo
- Cuidado con el melón este verano: los expertos piden dejar de comerlo por este motivo
- El pueblo gallego que no tiene turismo: playas vírgenes y está declarado Conjunto Histórico-Artístico
- Alumnos sin disciplina que no se esfuerzan ni respetan al docente tensionan las aulas
- La calle donde mejor se come en España está en Galicia y tiene 80 bares en 150 metros según la revista Viajar
- Los narcos detenidos almacenaban la droga en el parking del Álvaro Cunqueiro de Vigo
- El consejo de José Manuel Felices, médico y profesor universitario, para dormir mejor: «No necesitas pastillas ni ASMR»