Opinión | EL BOLETÍN DEL DIRECTOR
Supervivencia
El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana / FDV
Si hay algo que nos emparenta con los animales, aunque me temo que cada vez las diferencias son menores, es el instinto de supervivencia. La necesidad de ponerse a cubierto, de protegerse, de blindarse ante una amenaza, real o ficticia. El miedo es libre suele decirse y pocos, incluso los más aguerridos o insensatos, viven al margen de temores que nos contagian con una facilidad pasmosa en cuanto salta la chispa adecuada (como dice la estupenda canción de Héroes del Silencio). Veamos.
Si la necesidad de rearme en Europa por la amenaza expansionista de Putin y la política imperialista de Trump –que nos ha dejado sin el amigo americano– ya había revivido viejos fantasmas (la guerra en el continente no parece una quimera), el reciente macroapagón ha contribuido a reforzar la sensación de vulnerabilidad entre no pocos ciudadanos. Y estos han (sobre)reaccionado. Resultados: la venta de generadores se dispara hasta agotar las existencias. Nunca más otra noche romántica de velas. Los kits de supervivencia y los cursos para aprender a hacer fuego, potabilizar agua o crear refugios experimentan una espectacular demanda. Y aquellos temerosos (de Putin o de las eléctricas) con mucha más pasta están encargando la construcción de búnkeres en los que meterse ellos y su gente (a los demás que les…). El pánico avanza a zancadas, por razones que a veces se me escapan, aunque me da que detrás de todo esto se esconde una industria, cada vez más rentable, del miedo y el caos.
Hay otra supervivencia, mucho más cercana, que me eriza la piel. Como la historia de los migrantes –refugiados que huyen de una muerte segura en sus países de origen– que se afanan por aprender un oficio para intentar echar el ancla entre nosotros. En A Cañiza se impartió un curso de electromecánica al que acudieron Mamadou Diop, Mamadou Bari, Ouainou, Assane y Moustapha. Sobre los cinco pesa una orden de expulsión. Su profesor nos contó que son excelentes alumnos y que, pese a no manejar nuestra lengua, se expresan con gestos o dibujos: “Viéndolos te das cuenta de que las preocupaciones que uno tiene no son importantes, porque ellos al salir de aquí no saben en dónde van a dormir ni qué van a comer”. Tremendo.
La sombra de la amenaza se cierne también sobre la gran economía. John Elkann, Yaki para los amiguetes de sus clubes de Nueva York, el nuevo patrón de Stellantis, ha alertado a los tecnócratas de Bruselas que o aflojan ayudas o en menos de tres años empezarán a cerrar fábricas, empezando por las que producen los coches más pequeños. Ese obús apunta directamente a la de Balaídos, a pesar de que es la planta más rentable y eficiente del gigante del motor. Sería una broma de mal gusto. El CEO de Renault, Luca de Meo se ha sumado al pulso. El presidente Rueda viajó a Turín para decirle a Jean-Philippe Imparato, el jefe de la región Europa de la multinacional con apellido de electrodoméstico, que la Xunta ha puesto más de 70 millones a la factoría de Vigo y que ojito con la tentación de deslocalizar la producción de las empresas auxiliares gallegas para llevársela a plantas low cost de África o de otros países del Este de Europa. Vigo y su área se juegan más de 20.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos. Es posible que Yaki y Luca (no confundir con Andy y Lucas) estén forzando la máquina para conseguir más euros europeos, pero coñitas las justas.
Hablando de supervivencia, podría comentaros, entre otros asuntos, de cómo se han puesto por las nubes las hipotecas (al nivel del estallido del burbuja, y es que no aprendemos); o del vecino de Beade que salvó el pellejo por los pelos tras recibir una paliza de encapuchados; o de la pelea del Sabadell por escapar de las garras (financieras) del BBVA; o de los ajustes de la pesca (más de 700 millones de deuda) para salir adelante; o de los dueños de restaurantes a la caza de mil camareros que les salven el verano… En fin, como veis, hay material de sobra, pero concluyo este boletín con la información de Patricia Casteleiro. En el entorno del campus de Vigo, lo que en otros tiempos llamábamos con toda justicia montus, hay más de 132 plantas y hongos tóxicos, de los que una treintena son potencialmente mortales para los seres humanos. Así que, amigos, si vais al campo, cuidadito, porque, como titulamos en primera página, no todo lo verde es sano.
¡Buen finde!
P. D. El nuevo papa León XIV, el estadounidense Robert Francis Prevost, deberá afrontar innumerables desafíos, el primero sobrevivir a lo que se le avecina, empezando por el entorno vaticano. Buona fortuna Pontefice!
Email: director@farodevigo.es
Suscríbete para seguir leyendo
- «Tosí, él dijo ‘aquí no era’ y siguió pinchando; no me avisó de los riesgos»
- Ratifican la condena a un fisioterapeuta que perforó los pulmones a una paciente por una «evidente» mala praxis en la punción con agujas
- Síntomas para descubrir a tiempo la enfermedad más mortífera y difícil de diagnosticar
- Entrega del bote de 'Pasapalabra': Antena 3 modifica así el horario del esperado momento
- Extinguido el impresionante incendio en una nave de gestión de residuos en Porriño
- Desaparece en el Atlántico un piloto de Redondela afincado en Vilagarcía
- Suspenden en Vigo a una profesora de Inglés durante un año por no saber dar clase
- Melody, a lo bonzo: Austria gana Eurovisión frente a una España que se autoinmola por enésima vez