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Opinión | NEWSLETTER DE DEPORTES

Los guardianes de la pureza

El análisis semanal del presente, pasado y futuro del deporte con Juan Carlos Álvarez

Newsletter de actualidad deportivo por Juan Carlos Álvarez

Newsletter de actualidad deportivo por Juan Carlos Álvarez

Me cuesta cada vez más entender los mensajes que salen de los vestuarios de fútbol. En el deseo por medirlo y controlarlo todo y no decir una palabra de más avanzamos hacia la nada. Las ruedas de prensa se entrenan, se estudian y planifican como un elemento más del juego e incluso surgen arribistas que se instalan alrededor de los entrenadores para prepararles los discursos como si fueran políticos. Uno echa de menos aquel fútbol de los noventa en el que los protagonistas se abrían en canal y de cada comparecencia pública salían barbaridades y genialidades en igual medida. El cafre y el reflexivo lo eran también delante del micrófono; todo resultaba más honesto y entretenido. El espectáculo no estaba solo en el campo. El primero al que escuché eso de “planificar” el mensaje fue a Víctor Fernández en la semana de la final de Copa de Sevilla: “Cada día de la semana tengo claro lo que tengo que decir” nos dijo en un aparte a varios periodistas de Vigo con el cuerpo del Barcelona aún caliente sobre el Camp Nou. Pues lo primero que le salió fue una cursilada sobre el color del cielo de Sevilla que en su cabeza sonaba fantástico pero que dejó un ilustrativo silencio en la sala de prensa. “Casi mejor que no vuelva a hablar en lo que queda de semana” murmuró de forma maliciosa alguien en la vieja sala de prensa de A Madroa. Y es que Víctor fue un precursor… a su manera.

En muchas cosas Iago Aspas pertenece a aquel tiempo aunque juega en este. Habla como siente, sin dobleces. El sábado, después de perder contra el Espanyol en un partido de difícil digestión (hasta que entró Fer López en escena), Iago encabronó a la parroquia “perica” por etiquetarles de equipo pequeño. Error indiscutible. Es evidente que en caliente y acelerado aún por el resultado se equivocó a la hora de elegir las palabras, pero cualquiera con un mínimo de capacidad de análisis o de buena intención entendería perfectamente que no estaba poniendo nota a la enorme historia del Espanyol sino refiriéndose a las dificultades que les plantean los equipos angustiados en la clasificación que en Balaídos instalan un fortín cerca de su área. Tremendo pecado del moañés. Pero como este mundo lo gobiernan los nuevos inquisidores, a Iago le cayeron encima los guardianes de la pureza para lapidarlo. Asomaron los envalentonados responsables de comunicación del Espanyol y con ellos brotaron especialistas en descensos como Expósito o simples oportunistas en busca del aplauso de su tribu como Pere Milla. “Iguálamelo” publicó este último con fotos triunfantes de Tamudo y compañía, que es como si Jesé se apropiase de los títulos de Di Stéfano y Puskas. Iago cometió el pecado de expresarse de forma acelerada, pero bendita sea su naturalidad, tan alejada del discurso enlatado y empobrecido que se ha apoderado del fútbol.

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Deportes

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Me apunto

Seis décadas para igualar la etapa dorada

Al final me he enredado con el chascarrillo porque tenía ganas de olvidar cuanto antes lo sucedido ante el Espanyol. Mal partido, peor resultado, discutibles decisiones de Giráldez… Se acabó la racha que es la forma más rápida de empezar una nueva. Pero siguen sobrando los motivos para celebrar. Esta semana recordábamos que con la salvación en el bolsillo, el Celta se garantiza igualar su récord de catorce temporadas seguidas en Primera División. Un dato que afianza el peso de este club en la historia del fútbol español. Si cogemos a la legión de jóvenes seguidores del Celta (uno de los grandes fenómenos recientes en Balaídos) resulta que cualquiera con menos de veinte años o tiene una memoria prodigiosa o no tiene consciencia de haber visto al equipo en Segunda División. Para ellos aquello es arqueología, batallas de abueletes. Ojalá tarden en vivirlo.

Teresa Portela: «El año está perdido, pero me retiraré cuando yo quiera, no cuando ellos digan»

Teresa Portela ha vuelto a estrellarse contra la burocracia federativa que dicta normas sin atender criterios lógicos. No es la primera vez que le sucede. Cuando era muy joven, antes de convertirse en la leyenda que es, se encontró mil problemas para competir en barcos individuales porque a alguien no debía interesarle. Ahora un cambio en la preparación del equipo femenino hace incompatible su presencia en las grandes competiciones de esta temporada. El respeto que merece una leyenda como ella se lo pasa la Federación por el forro. Teresa lo explica muy bien en esta entrevista.

La rebeldía de «Golden Boy»

 Me despido con la historia irrepetible que hoy está dedicada a uno de esos rebeldes que el fútbol tuvo en un tiempo distinto, cuando ser uno de los grandes no garantizaba tener una jubilación asegurada. Se llamaba Wilf Mannion y fue una absoluta leyenda del Middlesbrough pese a que la Segunda Guerra Mundial se llevó varios de sus mejores años. Llegó a declararse en huelga por sus diferencias con el club de su vida. Javier Tebas hubiese ordenado su inmediata detención.

Hora de irse. Disfruten de la Semana Santa si tienen oportunidad y el lunes nos reencontramos por aquí.

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