Opinión | EL BOLETÍN DEL DIRECTOR

Enredados

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana / FDV

El periodismo es un ejercicio de supervivencia. Nos movemos en un campo de minas. Si das un paso equivocado, saltas por los aires. Así que, a fuerza de evitar el error fatal, nos hemos convertido en malpensados, desconfiados, escépticos, unos rasgos que se exacerban al mantener un contacto tan directo e intenso con quienes se dedican profesionalmente a vendernos la moto.

La desconfianza se ve aliñada no pocas veces con un ingrediente amargo: la confusión. ¿Cómo es posible que lo que para unos es blanco para otros sea negro? ¿Qué lo que unos creen heroico otros lo vean criminal? El embrollo judicial del fiscal jefe (¿el pescador pescado?) y la filtración de los datos fiscales del novio pufero de Ayuso es un caso paradigmático. ¿Quién es el villano y quién la víctima: el empresario que da pelotazos con mascarillas que salvan vidas (y además defrauda) o la autoridad bocazas que lo va contando? ¿Acaso los dos? ¿Qué pecado es el mayor?

Otro ejemplo de esta fiesta del enredo es la condonación de la deuda autonómica. Escuchando los argumentos antitéticos de unos y otros, cómo nos va a extrañar que se extienda el desistimiento de los ciudadanos hacia la actividad política. Que estén asqueados de esa maraña de intereses partidistas y particulares que se enmascaran bajo un supuesto bien común. Que se sientan cada vez menos identificados con sus representantes, asqueados de sus juegos de palabras, triquiñuelas, trampantojos y medias verdades. Que las fuerzas iliberales, extremistas, ganen terreno a zancadas (quo vadis, Alemania?). Que el populismo naranja (Trump), el de la motosierra (Milei), el sanguinario (Putin), el de los algoritmos (Musk), el brutalista (Orban) o el de la femme fatale (Meloni) gocen de tan buena salud. Es que no aprendemos.

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Me apunto

Haced la prueba. En la próxima comida o reunión con amigos sacad el asunto de las redes sociales. La mayoría las pondrá a parir. Hablarán de peligros y amenazas, de descontrol y abuso. Dicho eso, todos admitirán que son usuarios de redes sociales –incluso de las más tóxicas–, pero, claro, alegarán que ellos  las controlan. Y me temo que no. La tentación es demasiado fuerte. El bicho está demasiado bien hecho.

El efecto es especialmente dañino entre los más jóvenes, quienes a duras penas sobreviven al bombardeo de mensajes peligrosos. Como el del aspecto físico. Chic@s, olvídaos de ser y centraos en parecer. Pareced jóvenes, guapos y delgados (y con éxito y pasta es el repóker). Y hacedlo sin miedo. A lo loco. Cuando se habla de delgadez, la línea entre salud y estética es demasiado tenue. De ahí que medicamentos milagrocomo el Ozempic, estén tan solicitados entre todos los segmentos de la población. Sí, en todos. En EE UU ya se prescribe a partir de los 12 años. Lo contó la experta Rosaura Leis y me dejó patidifuso. Por cierto, ella lo ve bien, pero solo en casos extremos y bajo rigurosa prescripción médica. La cuestión es saber si alguna autoridad sanitaria está controlando esta fiebre ozempíquica. Como cantaba Manuel Alejandro (momento vintage del boletín): “Lo dudo”.

Ojo, que hay redes y redes. Una de las mejores es la que forman amigos y vecinos. Una malla tejida con afectos y sentimientos, que nos da calor en los días fríos, nos sostiene en los momentos duros y cuando caemos, evita que nos esnafremos. Casi trescientos vecinos y amigos se han hecho cargo de dependientes gallegos que carecen de un familiar que los asista. Por esa tarea, la Xunta les concede una ayuda. Y el fenómeno va a más. Los mayores que viven solos ya no son una excepción. Soledad y enfermedad configuran un cóctel explosivo que augura lo peor. Ahora que todo se mide en euros, dólares o criptos, cuidemos a los amigos. Y riámonos de las tierras raras que ansían otros. Los gallegos siempre nos podremos enorgullecer de vivir en una tierra rica en buena gente; una tierra que no cotiza en Bolsa porque, queridos amigos, nuestra tierra no tiene precio.

¡Buen finde!

Email: director@farodevigo.es

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