Opinión

Los percebes más caros del mundo

Buques e instalaciones en el puerto exterior de punta Langosteira.

Buques e instalaciones en el puerto exterior de punta Langosteira. / La Opinión

Ojiplático me quedo al leer en un periódico septentrional que el puerto de Langosteira, ese dispendio con el que el Gobierno intentó compensar la catástrofe del Prestige, ha servido de refugio desde su inauguración en 2012 a poco más de veinte buques. Sí, no es una broma. Una veintena de barcos con averías, necesidades varias o que, simplemente, buscaban resguardarse del mar y el viento. Bueno, lo de que no es broma… es broma.

Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero a veces necesarias para evidenciar el maltrato a un territorio. Al nuestro. Tras leer la información —donde se enumeran los barcos que han recalado en el puerto exterior de A Coruña y se subraya que se han evitado catástrofes, algo que no pongo en duda y hasta agradezco— me da por buscar en la hemeroteca cuántos millones de euros de nuestros impuestos se han dilapidado en esta terminal. Y no, no me pasé de frenada con lo de dispendio.

Las cifras

La construcción de Langosteira superó los mil millones de euros, dejando una deuda de varios cientos en la Autoridad Portuaria de A Coruña aún sin saldar. A eso hay que sumarle los 165 millones que el Ministerio de Transportes está destinando para conectar esta terminal a la red ferroviaria —nuestro locuaz ministro, Óscar Puente, asistió a principios de mes al cale del túnel que llevará el tren hasta los muelles—, en un intento de relanzar su nuevo papel como centro logístico e industrial, tras fracasar como refugio. Y eso sin contar las inversiones privadas de las empresas que han optado por instalarse allí.

Tirando por lo bajo, el puerto exterior de A Coruña ha devorado más de 1.200 millones de euros. Y no pasa nada. ¿Saben cuántos buques eligen Vigo para refugiarse en caso de temporal, ya sea en la rada de Cíes o dentro de la ría? Datos oficiales: en 2022, 225; en 2023, más de trescientos. ¿Y buques averiados? Decenas al año. Ahí sigue, atracado en la terminal de A Laxe, el Ro-Ro Grande Napoli como testigo. ¿Más ejemplos? El HC Eva Marie, aún en el muelle Transversal por un corrimiento de su peligrosa carga: obuses. El mercante MSC Katyayni, el petrolero Minerva Nounou…

El abrigo de nuestro puerto no tiene rival en toda la franja atlántica y, sin embargo, se le niega sistemáticamente el acceso a fondos. Parece que para derrochar en el norte hay que recortar en el sur. El último ejemplo, como desveló este periódico: la nueva exclusión de Vigo de la Red Básica de Transportes, categoría que sí tiene el puerto de A Coruña y que, quién sabe, igual llega antes a Langosteira que a nuestra ciudad.

Así que aquí estamos: con un puerto que costó más de 1.200 millones y que durante años solo ha servido para criar percebes —los percebes más caros del mundo—, y ahora intentan reconvertir en parque industrial a pie de muelle. Mientras tanto, en Vigo, nos vetan el acceso a una financiación que, por derecho, nos corresponde. Pero ya se sabe: cuando toca repartir, unos construyen castillos en la arena con dinero público, y otros, simplemente, siguen esperando.

Sí, las comparaciones son odiosas.

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