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El dilema Atunlo

La redactora jefa de FARO analiza la actualidad del sector de la empresa, las finanzas y el mar

Newsletter de economía por la redactora jefa Lara Graña

Newsletter de economía por la redactora jefa Lara Graña / FDV

Como sabes, una de las mayores compañías españolas de la industria de elaborados de productos del mar, Atunlo, está en concurso de acreedores. Su propuesta de convenio busca adhesiones estos días, bajo riesgo real de liquidación. Y vaya por delante que esto no es una sugerencia de plebiscito —confío en que no lo parezca— sobre un “sí” o un “no” a los planes de la compañía. Solo me hago preguntas porque, como siempre en estos procesos, por el camino quedan siempre los mismos: los trabajadores, los proveedores, que son los sujetos de las quitas y los despidos.

“Debajo de las multiplicaciones

hay una gota de sangre de pato”

García Lorca.

Desconozco qué saldría de una pieza de calificación de este concurso, aunque no tengo muchas esperanzas de un escrutinio real, habida cuenta de cómo terminaron las de Factorías Vulcano o Hijos de J. Barreras. Con Atunlo nos hemos limitado a contar qué ha dicho la administración concursal en sus primeros análisis, qué detectó la justicia portuguesa –felizmente esta filial continúa activa– o cómo es el sentir de los acreedores.

Mis preguntas.

¿Nos podemos permitir la pérdida de una factoría como la de Cambados? O más aún, ¿puede O Salnés absorber los más de 200 empleos, la mayoría mujeres, que desaparecerían en este escenario? ¿Estamos en disposición de pasar ya a depender únicamente de la materia prima extranjera, a excepción de Actemsa, con los lomos de atún precocidos?

Más.

¿Es de recibo pedir un “sacrificio importantísimo” a los acreedores, del 70% de su deuda, con el pretexto de la salvación de una empresa? ¿Y lo es si tenemos en cuenta que esta misma empresa sumaba años, a juicio del análisis de la administración concursal, con escasa o nula rentabilidad? Y si no cumple el plan de pagos, ¿le pediremos a los acreedores otro “sacrificio” en el eventual concurso de otro cliente para evitar otra liquidación?

Yo, que solo observo y consulto, tengo mis propias respuestas. Que no tienen que ser ni las buenas ni las acertadas, desde luego.

Lo que sí comparto es una cosa: no hacer nada, otra vez, solo empuja hacia adelante la piedra en la que nos volveremos a tropezar dentro de no mucho tiempo.

Al despacho que corresponda.

Feliz semana.

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