Opinión | Mira Vigo

La Fiesta de la Unión salesiana

La Fiesta de la Unión salesiana.

La Fiesta de la Unión salesiana.

Ahí veis antiguos alumnos salesianos en su Fiesta de la Unión celebrada hace unos días, este año con la presencia de integrantes de la promoción de COU 1999-2000, al cumplirse 25 años de su paso por las aulas del colegio, así como los que lo hicieron hace 60 años. Tuvieron eucaristía porque son gente o de fe o de guardar la tradición, comida en el hotel Coia... Y asombraos, esta Fiesta de la Unión se viene celebrando desde hace mucho tiempo; los asociados de mayor edad hablan de más de noventa años.

A Fernando Combarro, último Superior de los Jesuitas en Vigo

Hoy tocan las campanas a clamor, suenan tristes para esta sección. Por Fernando L. Combarro, primero. Pasó hasta sus 75 años, en que falleció en la residencia de Alcalá a la que le envió la Compañía de Jesús, una vida plena de solidaridad con los necesitados, de entrega a la cultura y cumplimiento de sus labores eclesiales aquí y allá, en España y extranjero. Fue el último Superior de los Jesuitas en Vigo tras Antolín de la Muñoza y  Pedro Armada (el hijo del General), vino a Vigo en 2010 para atender la parroquia de los Jesuitas y le tocó apagar la luz de la centenaria sede de esta Orden en Vigo una vez destinados los pocos que quedaban, como Bailón y Benito Santos (que consiguieron no ser desplazados de Vigo), Muguruza, los Manuel Mazón y Cabada, Ignacio Fernández... Le querían mucho en Teis. Jesús Bahíllo, exgerente del Círculo de Empresarios de Galicia, exparlamentario del PSOE, que lo conocía bien y sabe de sus trabajos por la actualización de la historia de los Jesuitas o las 100 grabaciones de patrimonio oral leonés, me dice que era un tanto anárquico en lo personal, intelectualmente brillante, dialécticamente contundente... ¡Pena! En la parroquia de San Francisco Javier de Vigo, el funeral será el próximo jueves, día 6 de febrero, a las 19.00 horas.

Y a clamor tocan campanas por Carlos Herrera Oya

Y a clamor tocan por Carlos Herrera Oya las campanas. Se fue en silencio, por un mal imprevisto y los suyos me mandan este texto. Aquel niño nacido en la calle Real hace 67 años que rodaba con su caballito de cartón desde la frutería de Maruja, la de los gatos, su abuela, hasta los soportales del Berbés. Se fue ese adolescente que creció en la bajada de Santa Cristina jugando al fútbol en el campo del Panasco, al escondite pelota, a las chapas, al pañuelito. Se fue el joven que luchó contra la dictadura, que estudió en el Alba, trabajó en Telefónica, jugó al fútbol en el Colegio Hogar, en el Santa Mariña, en el Gran Peña, hizo una pretemporada en el Celta, recaló en Tercera División con el Gondomar y acabó jugando con los amigos del barrio de Lavadores. Se fue el lector incansable, el que colaboraba en los estudios sobre Vigo, el apasionado de la música que con su guitarra colaboró n grupos como Infortunados, Faro da Guía, Sondaki, Cambio de Pola, Cantares de Troula… Pero sobre todo se fue una persona buena a la que los muchos que la conocieron lloran.

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