Opinión | NEWSLETTER DE DEPORTES
La tragedia
El análisis semanal del presente, pasado y futuro del deporte con Juan Carlos Álvarez

Newsletter de actualidad deportivo por Juan Carlos Álvarez
En este fútbol de brochazo gordo, sin grises, donde en siete días se puede pasar de la euforia desmedida al fatalismo más absoluto era fácil imaginar las consecuencias que en un amplio sector del Celta tendría esta semana en la que los de Giráldez han regalado dos deprimentes partidos en sus visitas al Alavés y al Valencia. Asoman con furia quienes desean pegarle a fuego a todo y avisan de inminentes enfrentamientos contra el Mirandés. De repente Giráldez se ha convertido en un tipo sobrevalorado del que no gusta ni la elección de americana y la lluvia de canteranos, un delirio pretencioso creado como estrategia de márketing en Príncipe. Es la vieja historia de siempre solo que acelerada, como la sociedad en la que vivimos que apenas permite tiempo para la reflexión porque de inmediato sentimos la necesidad de pasar al siguiente capítulo. Y este Celta lo que precisamente necesita es pausa para conocerse y aprender.
Tal vez el primer tramo de Liga ofreció una idea equívoca de lo que iba a ser la temporada y olvidamos muy pronto las enseñanzas de más de cien años de historia: el drama y la preocupación siempre vuelven. Es una evidencia que el Celta vive el momento más delicado de la temporada, que se ha desnortado en el campo y que en el banquillo Claudio ha perdido esa inspiración que le llevaba a encontrar la solución correcta a diferentes desafíos. Se equivoca, claro. Las bajas por lesiones y sanciones, la caída en el rendimiento (alarmante en algunos casos) de ciertos jugadores, los problemas extradeportivos como el de Douvikas… han puesto de manifiesto las lagunas que hasta hace semanas el equipo compensaba con la claridad de su plan. Pero a veces olvidamos que esto es un proceso que ningún otro equipo de Primera División está abordando. La revolución puesta en marcha en los últimos meses (en la que creo firmemente) no debía dar resultados de forma inmediata más allá del mínimo exigible de cada año. Lo normal es trabajar con la idea de que florezca en una o dos temporadas porque Claudio y su equipo están aún aprendiendo a moverse en este mundo. Se van a equivocar muchas más veces y habrá más partidos como el de Mestalla. Afrontar una crisis de resultados como la actual también ayudará a madurar. Hay soluciones por encontrar con urgencia (es terrible lo de este equipo lejos de Balaídos), pero todo ello debe hacerse sin dramas innecesarios y sin la antorcha en la mano. A ver si vamos a creer que los canteranos solo nos gustan cuando ganan.
Un amigo se presentó hoy por la mañana en el café y lo primero que me dijo tras encogerse de hombros al preguntarle por el partido de Valencia fue “solo estamos a cinco del séptimo”. No digo que esa sea la lectura que conviene hacer en este momento, pero ayuda a dar la medida justa de la “tragedia”.
Sergio Carreira, jugador del Celta: «Si tienes un objetivo en la vida hay que perseguirlo hasta el final»
No quería extenderme tanto porque luego paso por alto ciertos asuntos que me parecen interesantes. Como ya estarán cansados del mercado de invierno prescindo de todo lo que tiene que ver con la llegada de Iker Losada y les dejo la entrevista a Sergio Carreira, uno de esos jugadores que está cobrando una especial relevancia en este “doloroso” momento de la temporada en la que está teniendo tal vez más protagonismo del que cabía esperar. Y no se puede decir que le esté quedando grande la responsabilidad.
Esa paciente siembra del Voleibol Vigo
Alguna vez ya hemos hablado del Club Vigo de voleibol, uno de esos milagros inexplicables del deporte vigués, un equipo que se sostiene de forma ejemplar en la segunda categoría nacional gracias a la gestión de sus escasos recursos y a los resultados de esa cantera de la que siguen saliendo jóvenes jugadores que asoman al primer equipo siendo casi adolescentes. La única forma de asegurar el presente y el futuro.
Charlie Sifford: «Solo déjenme jugar»
Y como despedida aprovechamos en la historia irrepetible de la semana que hoy se cumplen diez años de la muerte de Charlie Sifford, el primer jugador negro de la historia que llegó al circuito profesional del golf norteamericano. Él, menos conocido que Jackie Robinson que hizo lo propio en el mundo del béisbol, rompió la regla que reservaba ese mundo para los jugadores “caucasianos”. Con 38 años, cuando ya habían pasado sus mejores años, rompió una barrera histórica.
Me voy y lo hago hoy con una recomendación. Si pueden no se pierdan “No digas nada”, una serie extraordinaria que habla de redención, venganza, perdón y traición en la Irlanda del Norte de los años setenta. Dura, pero deliciosa.
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