Opinión | Mira Vigo

En el patrón de los periodistas

Periodistas congregados en la comida de celebración del patrono San Francisco de Sales, en el Náutico

Periodistas congregados en la comida de celebración del patrono San Francisco de Sales, en el Náutico / Fdv

No es la Asociación de la Prensa viguesa de antaño, que no cabría en esa escalera, y no es que haya menos periodistas sino que los hay más indiferentes al asociacionismo. Estamos en tiempos de baja intensidad asociativa, de ciudadanos de baja intensidad. Pero aún quedan fieles al encuentro como estos que veis celebrando a su patrón, San Francisco de Sales, con una comida en el Náutico de Vigo. En la foto podéis ver a Fernando Ramos, César Jiménez, Elena Gallego, Jorge C. Alonso, Mariel Valderrábano, Juan Caballero, Tesa Díaz Faes, David Egido, Óscar González, José Ángel Otero y Aitana Martínez.

Domingo Villar ya tiene su memoria en bronce

Pues ya tenemos la imagen de nuestro Domingo Villar en espacio tan oxigenante y vegetal como la Plaza de Compostela, ahí donde su broncínea figura compartirá espacio con las piezas pétreas de Camilo Nogueira, Agustín Querol y el vallisoletano José Luis Medina. Esa escultura en bronce que le recuerda sentado en uno de los bancos obra de Pedro Dobao, ante una de cuyas obras en pequeño formato escribo. La última vez que tuve el placer de charlar largamente con Domingo Villar fue en un tren Vigo-Madrid, mientras el paisaje parecía deslizarse tras las ventanas y se transformaban los colores y formas de Castilla a los propios de Galicia. Estuve también en la presentación de un libro suyo en Salamanca , xa choveu, con lleno en la librería Letras Corsarias, momentos en que era imposible imaginar que la fatalidad nos obligara después a recordarlo. Aunque la nómina de nuestros escultores es amplia, diversa, bien que haya sido Pedro Dobao el autor de esta pieza, que yo sabía que tenía terminada en septiembre de 2023 en su casa de Valladares. ¡Buf, el tiempo que trato a Pedro, un artista valdeorrano ya con 79 tacos al que conocemos en Vigo desde que se instaló aquí en 1975, tras trabajar en Madrid en el taller vallecano de Xoán Piñeiro y abrir el suyo propio en Barcelona!

Se nos fue Manuel Saborido

Se nos fue, y me entero muy tarde, el amigo de tantos Manuel Saborido, tantos años en aquella Gonzacoca, unos cuantos ya jubilado y siempre atento a la vida que pasa, disciplinado lector de FARO que cada domingo me escribía para opinar sobre mi columna dominical. Saborido, querido vigués, no se fue por viejo sino antes de tiempo por enfermedad, pero tuvo el temple de dejar una hermosa carta dedicada a los suyos que tituló «Cuando la vela se apaga», en que compara su vida con un viaje en tren, avisa de que se va a bajar en la última estación y se despide no sin dolor («¡qué pena, con lo cómodo y feliz que estaba!», dice en despedida), escrita con dolor pero con la entereza que exhibió en su vida.

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