Opinión
Sobre el libro que democratizó España
Siempre me han interesado los libros que tratan sobre la Transición española, momento histórico excepcional que le tocó vivir a mi generación, y que yo lo hice con apasionada ilusión a medida que veía los cambios y avances que, no sin dificultades y episodios violentos, se iban produciendo en dirección hacia una meta que la inmensa mayoría de los españoles ansiaba: la instauración de un régimen democrático, la recuperación de las libertades y derechos políticos cercenados por la dictadura y el gozo de estrenar el nuevo estatus jurídico-político de ciudadano. Por ello me resulta especialmente atractiva la visión de los historiadores y de aquellos que, habiendo sido protagonistas de aquel trance histórico, dan cuenta de sus experiencias y recuerdos, de lo vivido entre bastidores, cada cual, obviamente, desde su perspectiva, porque es esa percepción multilateral la que permite conocer o componer una realidad compleja e inevitablemente poliédrica.
Jorge de Esteban, reputado catedrático de Derecho Constitucional fallecido en mayo del año pasado, es uno de esos autores que se decidió a poner negro sobre blanco los recuerdos de una vivencia notable, aún más, decisiva en la historia de la Transición española. Así lo hace en su obra El libro que democratizó España que subtitula Memorias constituyentes para subrayar el hecho de que no se trata de una autobiografía al uso, sino de la rememoración del período constituyente que tuvo lugar en el marco de la Transición. De todos modos, el libro tiene otros contenidos que van más allá de lo que concierne a ese concreto período. He escrito y en el libro se habla de "período constituyente", y ello me hace inevitable el recuerdo de Antonio García-Trevijano que con tanto denuedo negó siempre que, en rigor conceptual, hubiera existido tal período en cuanto que no hubo propiamente unas Cortes constituyentes, cuestión esta del máximo interés en la que no podemos detenernos. Sigamos con el libro.
La obra tiene un decidido propósito aclaratorio y reivindicativo por parte del autor, intención que reitera no pocas veces a lo largo de sus páginas para dejar constancia de que el tránsito pacífico de la dictadura a un régimen democrático se llevó a cabo siguiendo la hoja de ruta diseñada en un libro colectivo —Desarrollo político y Constitución española— escrito por él y un grupo de colaboradores (Luis López Guerra, Santiago Varela, Javier García Fernández y J. Luis García Ruiz), obra crucial sin la que, según el expresidente del Tribunal Constitucional Pedro González-Trevijano, no se puede comprender la actual España constitucional. En él se contenían los principios y la técnica jurídica que posibilitarían el paso sin sobresalto de la legislación franquista a una legislación democrática, tránsito insólito que cristalizó en la conocida expresión "de la ley a la ley". No todos se percataron entonces del alcance de la tesis postulada en el libro. La idea, según De Esteban, era construir un caballo de Troya que confundiese a los militares y a los conservadores que lo que pretendían era dar continuidad al régimen de Franco.
Hubo otros proyectos de construcción jurídica con similar designio a cargo de Herrero de Miñón, Oscar Alzaga y Landelino Lavilla (al que de Esteban tacha de plagiario) que, sin embargo, no prosperaron. Estos proyectos no lograron convencer a Adolfo Suárez, que los rechazó. Al final, le llegó el turno a Torcuato Fernández Miranda, que redactó otro basado en su mayor parte en las ideas del libro de Jorge de Esteban, y este proyecto sí convenció a Suárez. Nació así la Ley de Reforma Política; según De Esteban, su contenido estaba tomado en un 90% de su libro, un 5% de la tesis de Herrero de Miñón y otro 5% del llamado documento Ollero.
El autor se enorgullece de que el libro que había escrito con sus colaboradores sirviera para cambiar a España al diseñar el entramado jurídico que posibilitó el tránsito pacífico desde la legislación franquista a un régimen democrático. Y en tan magna empresa, reconoce como decisiva la intervención de tres personas: el rey, Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suárez.
No veo razón para cuestionar la veracidad de los hechos que el profesor De Esteban narra para afirmar la influencia de su libro Desarrollo político y Constitución española en la construcción de la legalidad democrática. Siendo así, puede decirse que, en aquella ocasión, la ciencia jurídica, puesta al servicio del país, contribuyó no solo a la recuperación de las libertades políticas, sino también a que la concordia fuese posible.
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