Opinión | EL BOLETÍN DEL DIRECTOR

«Yaki», etc.

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana

El director de FARO, Rogelio Garrido, analiza los temas claves de la actualidad de esta semana / FDV

Esta ha sido una semana de nombres propios. A la cabeza, Stellantis. La multinacional del auto ha dado un volantazo y su hasta hace unas semanas intocable patrón Carlos Tavares, que obró el milagro de convertir las pérdidas en ganancias históricas, ha salido despedido por la puerta de atrás. Su política draconiana de apretar y apretar no le había granjeado, ni siquiera entre sus leales, simpatías. Al contrario, Tavares encarnaba el ejecutivo insaciable. En Vigo lo sabemos bien. A pesar de que Stellantis tiene en Balaídos la mejor planta del mundoeso le parecía poco. Tavares infundía temor y su sonrisa de tiburón nunca anticipaba nada bueno. Ahora lo sustituye John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, el legendario emperador de Fiat. John, como la mayoría de los descendientes de multimillonarios que ha recibido una educación inalcanzable para la inmensa mayoría de los mortales, forma parte de esa élite planetaria que se relaciona entre sí con apodos coloquiales, como si fuesen chicos de la calle, cuando en realidad son generaciones amamantadas en clubes deportivos, universidades prohibitivas y mansiones. Así que John es Yaki, de la misma manera que otros millonetis son Mick, Bob, Sammy o Ted. Tavares ya es historia. Su adiós no ha tenido glamour. Al contrario, ha sido fulminante, frío, casi despiadado. Ha recibido su propia medicina. Pero no nos dejemos llevar por las apariencias y ojito a Yaki. Me temo que vienen curvas. Adrián Amoedo y José Carneiro lo están contando como nadie. Seguid a su rueda.

Más nombres. Pedro Sánchez, el político que sobreviviría a una hecatombe nuclear, y Ana Pontón, la reafirmada líder del BNG, quien debe librar dos batallas, contra el PP y contra los ultraortodoxos de la UPG. A mí esto de la lucha por los liderazgos me resulta cansino. Yo soy más de equipos. A ver si nuestros políticos se enteran de una vez de que los ciudadanos están a otra cosa: vivienda, empleo, sanidad, educación, dependencia… Estas pugnas intestinas solo alimentan la desconfianza y el desistimiento hacia la cosa pública. Ellos sabrán, pero luego que no nos vengan con la matraca del populismo, la involución y los ultras.

Y tres apuntes. El primero es el consejo del grupo de expertos que asesora el Gobierno por erradicar el uso de las pantallas digitales antes de los seis años, entre otras medidas coercitivas. Aquí hemos pasado de ser analfabetos tecnológicos a papanatas, empezando por las aulas, en donde se vive una fiesta digital. Convendría repensarlo. Que los niños cambien las pantallas por la calle. Más barrio y menos clic. Además, habría que obligar a las plataformas tecnológicas a controlar lo que expelen en sus redes sociales. Al igual que se impuso a los fabricantes de coches los cinturones de seguridad, es imprescindible forzar, porque ellas no lo van a hacer, a estos gigantes que se están forrando con sexo y violencia, entre otras basuras, a cribar sus contenidos y algoritmos adictivos. Ahí está el nudo gordiano, y no en los hogares y los coles. Padres y profesores deben ayudar, pero, vamos a ver, ¿por qué nadie mete mano a Instagram, Tiktok, Youtube…?

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Me apunto

El segundo apunte. La transición ecológica, un proceso imparable pese al corifeo de negacionistas que encabeza Trump, necesita en Galicia 70.000 jóvenes trabajadores, la mayoría procedentes de Formación Profesional. El mercado está esperando por ellos, pero pocos llaman a su puerta. ¿Qué están pasando? Vamos chicos, que el futuro no es negro, sino verde.

Tercero, el lobo. La UE rebajará las exigencias para cazarlos. España, no. Este asunto enfrenta la visión proteccionista, casi idealista, de los ecologistas y la subsistencia de los ganaderos. Habría que buscar un punto medio, si es que lo hay, aunque os confieso que, siendo un urbanita, cuando pienso en los lobos que de verdad me dan miedo, me vienen a la cabeza otros nombres propios. El hoy abatido Tavares era uno y Yaki, ese lobo enfundado de Armani, otro.

Email: director@farodevigo.es

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