Opinión

Cuatro Cosas

Menudo tomate el que organizó el ministro Puente con el rollo del coste del peaje de la AP-9. Ahora resulta que lo que había dicho sobre la carestía era mitad cuenta y mitad cuento. Pero el resultado final es el de siempre: hay que tirar de chequera y darle los cuartos a quien todo el mundo sabía que habría que dárselo. O sea, al pagano de siempre, que no es otro que el pueblo soberano. De momento, ni una sola de las explicaciones del titular del departamento convence a nadie, salvo a los que van a cobrar, y mucho. Ojo...

Obviamente, quien anticipó una parte del dinero fue la UTT habilitada para asumir el gasto importante de ejecutar la obra. Sólo a los muy imaginativos se le podía ocurrir que la constructora fuera, de paso, el paganini y a la vez el que cobrase por la tarea de llevar adelante los trabajos. El caso es que ahora, digan lo que digan, el presupuesto está saliendo a chorro de las arcas del Estado para volver a caer los dineros allí donde está la fuente de los maravedíes. Un buen truco. ¿No...?

Entre tanto, la perspectiva parece venir tirando a mal. Avecilla, que tiene buenas relaciones con algunos núcleos financieros que se encargan de ir poniendo la pasta sobre la mesa, asegura que es posible, pero lejana, la hipótesis de que algún día llegue el momento en que al igual que con las otras AP, todo el tinglado quede a cubierto de los caprichos o las conveniencias de las concesionarias. Nadie a estas alturas se opondría a un sistema razonable de compartir los gastos, pero eso de que unos aporten el máximo y otros, el mínimo está pasando a la historia. La clave está en acertar cuál se empieza a pagar y cuándo se acaba. ¿Eh...?

Ahora falta lo gordo. O sea, determinar el modelo del que habrá de echarse mano para encontrar un sistema lo más justo posible, que permita satisfacer las necesidades de todos. Parece evidente que si no hay modificaciones sustanciales, y como ya se ha dicho, va a resultar muy difícil encontrar el equilibrio entre costes, lo que conlleva la reparación total de las carreteras, y un adicional del que dependerá el pago total del conjunto de la deuda acumulada todos estos años. Como diría el agente secreto, vaiche boa. ¿Capisci...?

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