Opinión

Manuel Vilela Fernández

El Hospital Xeral y la gaseosa

Los hospitales ubicados en el corazón de las ciudades como el “antiguo” Hospital Xeral de Vigo, no solo tienen la ventaja de su cómodo y barato acceso, sino que por sus recuerdos alegres y tristes inherentes a su función pasan a formar parte con facilidad y en poco tiempo de la memoria colectiva de un barrio, de una ciudad, de ciudadanos de todas las generaciones y procedencias sociales.

La Xunta argumentó su cierre diciendo que era “viejo”, pero hospitales de Madrid y Barcelona, como La Paz, La Fundacion Jiménez Díaz o el hospital del Valle Hebrón, son de la misma quinta y siguen funcionando, y otros hospitales como en Barcelona la Santa Cruz de San Pablo o el Clínico, o en Madrid el Hospital de La Cruz Roja tienen 50 años más a sus espaldas que el Xeral y siguen vivos y coleando.

La Xunta argumentó su cierre diciendo que era un edificio “enfermo”, pero poco tiempo después se hizo una bella reforma integral y hoy alberga la llamada “Ciudad de la Justicia”.

La Xunta argumentó que el Área Sanitaria necesitaba mayor número de camas, pero la puesta en marcha del Hospital Álvaro Cunqueiro no las aumentó y el concierto con el hospital privado Povisa sigue siendo necesario.

Además hoy conocemos, por el informe del Tribunal de Cuentas,que la cogestión económica pública/privada del Hospital Álvaro Cunqueiro tampoco fue acertada para la salud del dinero público, ya que se produjo un sobrecoste de ¡470 millones de euros! De todo esto hay responsables: la Xunta presidida en aquel tiempo por Alberto Núñez Feijóo y vicepresidida por Alfonso Rueda. Pido pues responsabilidades al actual presidente del PP y al actual presidente de la Xunta por lo sucedido, que se recupere totalmente la gestión pública del Hospital Álvaro Cunqueiro y que a partir de ahora los experimentos se hagan con gaseosa.

*Pediatra

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