Opinión | Crónica Política

La oportunidad

Se verá hoy, si se cumplen los augurios, el auténtico alcance del nuevo lema que se ha patentado en Moncloa: “la regeneración democrática”. Porque es la mejor de las ocasiones para buscar el nivel de sinceridad en todos los actores de la vida política española. Y esto se opina porque el pleno previsto en el que comparecerá el presidente Sánchez con una agenda que incluye explicaciones sobre Palestina, la última reunión de la Comisión Europea y, sobre todo, lo referente a las presuntas actividades irregulares de su esposa doña Begoña Gómez. O sea, que hay pólvora oratoria suficiente como para que el ruido del debate sobrepase casi todo lo hasta ahora conocido. Si se excluye el escándalo en curso a causa de los puntos de vista primero del ministro Puente y después del presidente argentino Milei.

Por el momento, al menos, el único aparente indicio de un cambio en el modus parlamentario que aquí se emplea es el de la descalificación, el insulto y lo que don Pedro ha calificado como “máquina del fango”. Lo curioso es que el papel de víctima que su señoría se ha auto atribuido correspondería más y antes a él mismo, porque fueron él y su entorno los inventores de tan peculiar modelo. Y lo fueron ya desde que convirtieron, con apoyo de algún magistrado, en lodo parte de una sentencia que negaba la credibilidad del entonces mandatario Mariano Rajoy, acusado como todo su partido de “corrupto” y que justificó una moción de censura de la que nació el “gobierno frankenstein”.

A partir de ahí el desmadre dialéctico y político ha llevado a este país entero a la polarización más radical que se recuerda desde la Segunda República. Y la ha multiplicado la extraña alianza entre el PSOE y casi todos los demás, incluida la derecha separatista del País Vasco y sobre todo de Cataluña. Los pactos con ella desmienten la condición de “progresista” que los ministros dan a su gabinete y es una muestra del cinismo gubernamental sobre el fin de los enfrentamientos con aquellos que buscan la independencia. Y no cabe comulgar con ruedas de molino: la apariencia tras los comicios catalanes de choque entre Sánchez y Puigdemont son mero amagos de cara a la formación de la nueva Generalitat.

Hay mucha gente del común que coincide en que el desmadre no solo es cada vez mayor sino más duro. Y también contagioso: se demuestra con el cambio producido en el perfil del jefe de la oposición, señor Feijóo, que modificó su talante de hombre moderado para responder de igual modo a los métodos de la mayoría parlamentaria, que pueden resumirse en la vieja frase del “garrote y tente tieso”. Hoy en día la dialéctica de don Alberto se parece mucho a la de Sánchez, aunque se diga –y resulta cierto– que los primeros en armarla fueron los podemitas y los socialistas.

Así pues, la mejor oportunidad para iniciar esa “regeneración” se presenta hoy mismo. Por lo dicho y por la expectación que el temario levanta entre los políticos y el público en general. En Galicia, tierra tranquila si se compara con el resto, cunde igualmente la curiosidad, de ahí que no venga mal observar que pasará hoy en Madrid, sobre todo para evaluar si el desmadre sigue igual o aumenta. Porque lo que pueda suceder en el Congreso es susceptible de infectar todavía más el ambiente incluyendo a este Antiguo Reino. Algunos indicios existen ya de que el desmadre crece y de que los “regeneradores” no acaban de dar con el quid de las soluciones. En todo caso eso se verá hoy mismo.

Tracking Pixel Contents