Premiar a los pederastas

Ana Míguez

Ana Míguez

Hablar de pederastas y abusadores de niños y niñas resulta, cuanto menos, indignante y doloroso, pero más indignante resulta cómo actúa algunas veces la justicia indolente que no cumple con su obligación, la de protección a los menores.

Y me viene al recuerdo la niña de Lugo abusada y violada por su cuñado y el hermano de este, quedando embarazada en dos ocasiones y viendo cómo la justicia llega a un acuerdo con los violadores regalándoles una pena de tres años que no cumplirán en su totalidad.

Pues bien, estos días volvemos a leer nuevamente en los medios de comunicación nuevos casos de pederastia en cinco colegios del Liceo Francés, Barcelona, Valencia, Marruecos, Canadá y Canarias, donde presuntamente diferentes educadores abusaban de niños y niñas. Llama mi atención el Liceo francés de Telde (Gran Canaria), donde al menos siete niños y niñas fueron abusados y abusadas sexualmente al menos por un educador.

Estos siete padres y madres que denuncian los hechos ante el juzgado tienen pruebas abundantes, abrumadoras y evidentes de lo que allí pasaba con sus hijos e hijas, madres y padres testigos indirectos y también víctimas.

La sorpresa llega cuando el juez Alejandro Navarro instructor de este procedimiento emite un auto en el que no admite las pruebas de los progenitores y considera que en las presentadas no existen testigos presenciales.

Me pregunto desde cuándo los abusadores sexuales y pederastas comparten con testigos estos delitos.

Por lo que veo según la teoría del juez Alejandro Navarro, el único testigo fiable es el propio acosador, ya que es testigo de primera mano, por lo tanto, el culpable es el único que puede detentar la verdad, por lo que la investigación desaparece. Insisto, todo esto resulta muy raro.

Podemos imaginar una vez más el asombro de estos padres y madres, que una vez más, insisto, también son víctimas, viéndose obligadas a una larga lucha de recursos.

Personalmente me resulta sospechoso este intento de cerrar el caso con este auto que es todo un regalo para los pederastas.

Pero por preguntar que no sea. ¿En dónde está el fiscal Miguel Portel llamado especialmente a proteger a los menores por ley? ¿Ustedes entienden algo? Yo nada.

Conocedora de estos y otros casos decidí indagar en la pederastia, quedándome sorprendida de lo mucho que puedes llegar a conocer con poco esfuerzo, devastadoras fueron las conclusiones. Redes poderosísimas, integradas por hombres de negocios, políticos, religiosos, actores y todo tipo de profesionales liberales que actúan con absoluta impunidad.