2€/mes - 6 meses Promoción Flash Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las fotografías

Resulta probable que a una buena parte de ese “capital gallego” que ha invertido bastante más de dos mil millones de euros en el extranjero le suene raro el dato que acaba de publicar FARO DE VIGO acerca del Producto Interior Bruto de esta comunidad. Raro porque es inferior al de la Región Norte portugués. Que además de su potencial propio ha conseguido atraer inversiones extranjeras en proporción elevada, y quizá parte de aquellos 2.000 millones gallegos. El resultado es que un país en su conjunto mucho más pequeño y con un nivel salarial bastante más bajo ha logrado, por decirlo de alguna manera, una fotografía muy atractiva, que invita a los demás a contemplarla con atención para analizar las posibilidades de llevas allí su dinero.

Procede, pues, insistir en el cumplimiento de aquella propuesta o en que se explique que la Xunta ha cambiado de opinión y los motivos de que se haya quedado en agua de borrajas el famoso anuncio del ya expresidente, señor Feijóo, acerca del propósito de “mirarse en el espejo de Portugal” para fomentar las inversiones en Galicia. Y procede porque si la ventaja lusitana se apoyase sólo en medidas fiscales, urbanísticas y, sobre todo, burocráticas, las posibilidades de seguir esos pasos no debieran ser, teóricamente, demasiado difíciles y, en cualquier caso y dados los tamaños de las respectivas administraciones, algo más que factible para Galicia. Además, seguir modelos que funcionan es inteligente.

La única, al menos en apariencia, ventaja para Lisboa es la competitividad de sus salarios, pero eso es cosa de las empresas. Asunto distinto a los otros, que son del área gubernamental pero que, de resolverse, darían una fotografía gallega mucho mejor y en consecuencia igualaría a lo que aún sigue siendo un proyecto –inacabado– de Eurorregión. En definitiva, y tal como se ha dicho ya en otras ocasiones, es cuestión de que Galicia espabile, con la Xunta a la cabeza, como es natural. Y ese despertar tiene otra proyección aún mayor: FARO ha publicado también una comparativa sobre la renta per cápita –en lenguaje común, la riqueza– de las ciudades gallegas, con datos que correctamente interpretados pueden prestar un gran servicio al país.

Dicho de otro modo, la estadística refleja no sólo diferencias notables, sino que podría considerarse también otra fotografía de la realidad de esta tierra, y algunas explicaciones acerca de lo que se tiene y de lo que se necesita. Por ejemplo, revela, desde un punto de vista personal, la urgencia de un gran Plan de Ordenación del Territorio, pero no sólo para que pueda establecerse racionalidad urbanística en esta tierra, sino para, como dijeron los latinos sobre el orden, “poner cada cosa en su lugar”, sobre todo pensando en lo que ha de venir, desde el Corredor Atlántico hasta los hidro-gasoductos o los depósitos de energías renovables, pasando por las instalaciones portuarias. Es decir, el futuro.

Conste que quien expone esta opinión no tiene intenciones especulativas. Decir que Santiago es la ciudad más rica de Galicia equivale a subrayar la importancia de su capitalidad, su condición de destino de visitantes y el “tirón” de los peregrinos, pero también la necesidad de que esos beneficios se extiendan a toda Galicia. Y que Ferrol ocupe últimos lugares demuestra que no se han cerrado bien las heridas de la reconversión naval y que urge rematar el eje vertebrador del AVE Atlántico y llevarlo también allí, tal como decía el proyecto original. Del mismo modo que Ourense, en último lugar, representa el peligro que acarrea el olvido del interior del país, que ha de corregirse a tiempo. Y los demás núcleos urbanos, cada uno en lo suyo, requieren que se acabe con el adelgazamiento industrial y que asciendan de categoría sectores como el forestal, el agropecuario y, desde luego, el pesquero. Así, todas las fotografías de Galicia serán no sólo reclamo de visitantes, sino de inversiones. Rentables, además.

Compartir el artículo

stats