Tierra de nadie

Romper cosas

Juan José Millás

Juan José Millás

No recuerdo a quién le escuché decir por primera vez aquello de que la excepción confirmaba la regla, pero me dejó estupefacto, pues tal es el efecto que producen las paradojas en la mente infantil. De modo que una persona puntual no era puntual de verdad hasta que llegaba tarde una vez. El fallo, increíblemente, le otorgaba el título. Me pasé varios días buscando ejemplos de normas sancionadas por la excepción y el mundo estaba lleno de ellas. Pero un día, en clase de Física, le pregunté al profesor cuál era la excepción que hacía buena la Ley de la Gravedad. En realidad, lo formulé de este modo:

–¿Se ha dado el caso de un objeto que no haya caído al suelo tras ser arrojado al aire?

El profe me observó unos segundos con incredulidad y luego siguió explicando la lección. Pero yo no cejé en mi empeño. Me pasaba la vida tirando cosas al suelo en busca de que una no cayera. Conjeturaba que, si descubría la excepción, tan necesaria para legalizar la norma, recibiría el Nobel de Física. Empecé tirando lápices, bolígrafos, gomas de borrar, cuadernos… Luego, en casa, probé con toda la cubertería y con parte de la vajilla. Rompí, como sin querer, varios vasos y varios platos y hasta dos fuentes de duralex que estallaron con gran estrépito. Mis padres, preocupados por aquella manía, me llevaron al médico, que me sometió a un interrogatorio al que no respondí. Me daba vergüenza decir que estaba haciendo un estudio por el que sería premiado en Suecia.

El diagnóstico clínico fue que estaba rabioso por algo y que descargaba mi ira a través de los objetos. A partir de ese día, me escondía para tirar cosas al aire, siempre con el corazón en la garganta, a la espera de que una de ellas, la excepción, se quedara flotando. Nunca sucedió, por lo que, para mí, la Ley de la Gravedad es una buena hipótesis pendiente de confirmación. Aún hoy, cuando estoy solo, dejo caer algo de la mesa, a ver qué pasa. Y nunca ocurre lo ansiado. Tal vez esa ley según la cual la excepción confirma la regla sea una ley falsa. Aunque si la tomáramos como una excepción de la excepción a la regla, podría ser ratificada. No sé si me explico.

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