Tres conclusiones

Santiago Lago Peñas

Santiago Lago Peñas

En la XII Reunión anual del Foro Económico de Galicia celebrado en Muxía hace unos días se habló sobre muchas cosas. Debates intensos con posiciones a veces complementarias, a veces divergentes. Personalmente, me quedo con tres ideas.

La primera es que la inteligencia artificial es un paso más, uno muy grande, en la extensión de la digitalización. Sin duda, tenemos que regular y preocuparnos mucho de las implicaciones éticas y políticas. Pero, en el frente económico, no debemos dejar escapar la oportunidad. Particularmente y aunque pueda resultar poco intuitivo, los mayores beneficios a corto plazo pueden producirse en PYMES y microempresas. Sobre todo, las que se dedican al sector servicios. Es donde más fácil se pueden implementar cambios sustanciales en la manera de hacer las cosas, para ganar productividad y eficiencia.

La segunda es que la transición energética es un desafío mayor. Si queremos que Galicia sea un territorio de emisiones cero en un par de décadas, tenemos que hacer una apuesta masiva por la eólica, la fotovoltaica y el hidrógeno. Y para hacerlo bien, es fundamental contar con una administración autonómica que busque un equilibrio entre usos diversos de la tierra y el mar, que se preocupe de las externalidades negativas que provocan los parques y que defina fórmulas mediante las cuales los gallegos nos quedemos con una parte no menor de los beneficios generados por nuestra agua y nuestro viento. En este sentido, la utility de la que está hablando la Xunta puede ser una herramienta muy positiva.

La tercera es que el idioma gallego es un patrimonio colectivo que debemos cuidar. Y no perder la oportunidad que supone su cercanía con el portugués. Galicia debería convertirse en la región del Mundo con el mayor porcentaje de población que acredite oficialmente el conocimiento de español y portugués. Para ello, deberíamos ser mucho más incisivos y ambiciosos en la implementación de la ley de iniciativa legislativa popular Valentín Paz Andrade para el aprovechamiento de la lengua portuguesa y los vínculos con la lusofonía, aprobada por unanimidad en el Parlamento de Galicia en marzo de 2014.

Galicia es una tierra de recursos. Ya les gustaría a otros.

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