sol y sombra

Las palabras del rey

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

El discurso navideño del rey parece haber surtido efecto y el Consejo General del Poder Judicial ha elegido por unanimidad a un juez conservador y a una magistrada progresista con el fin de desbloquear la renovación del Tribunal Constitucional e introducir un paréntesis en la crisis institucional. Se supone que ello servirá también para disuadir al Gobierno de introducir los cambios en el sistema de elección en el TC eliminando el consenso, que llevó a la paralización de la reforma la pasada semana. Digo supongo porque en la trayectoria de Sánchez cualquier cosa resulta un suponer salvo la certeza de que lo que asegura es casi siempre lo contrario de lo que ocurre.

"En la trayectoria de Sánchez cualquier cosa resulta un suponer, salvo la certeza de que lo que asegura es casi siempre lo contrario de lo que ocurre"

La prueba de la desfachatez que nos consume como si se tratara del sarcasmo más cruel es que el PSOE, junto al PP, se haya apresurado a aplaudir las palabras de Felipe VI instando a fortalecer el Estado y mantener la unidad y la convivencia de los españoles. Cuando lo que ha hecho hasta el momento es debilitar el Estado, favorecer la división y traer de vuelta los viejos fantasmas del franquismo para abonar el enfrentamiento. ¿O acaso no es este Gobierno el que cuando no le vienen bien dadas agita como un espantajo la llamada soberanía popular frente al principio indiscutible de la separación de poderes en una democracia? ¿O es que no se han ocupado hasta ahora Sánchez y sus socios de erosionar las instituciones? Las palabras del rey, de nuevo en un momento oportuno, incluso cuando ese momento suele inspirar por tradición otra clase de discurso, no se pronunciaron sin que los hechos, hasta extremos realmente preocupantes, no las hayan inducido. El presidente de la Generalitat, en similares circunstancias, aprovecha la Navidad para recordarnos que en 2023 será el momento de pactar con Sánchez el referéndum para la independencia de Cataluña. Comprobaremos entonces en qué punto se hallan realmente la unión y la convivencia que el PSOE aplaude. Aunque mejor no tener que verlo.

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