Un gran gallego

Pedro Regojo Otero

Pedro Regojo Otero

En frente a Povisa de la calle Barcelona Gadis ha inaugurado un supermercado espectacular y tuve curiosidad en conocerlo. Entré sin carrito y me dirigí a carnicería pues tenía pendiente un cocido para el día de la Constitución.

Me atendió Emilio, un profesional como la copa de un pino y un comunicador de alegría que a todos nos viene bien, compré lo necesario para el cocido y Emilio se fue amablemente a buscar un cesto de compra para meter lo que había comprado.

Al llegar a la caja me atendió Marité, una mujer de mediana edad, guapa y muy agradable, pagué y le dije que tenía el coche fuera del Gadis pues no tienen aparcamiento porque hay varios muy cerca. Me fue a buscar un carrito y me metió la compra y me dijo que cuando terminase que se lo devolviese y así lo hice.

Desde que me jubilé mi mujer me da una lista de compras y lo hago con mucho gusto pues es una manera de saber lo que cuesta un kilo de arroz, pasta o cualquier producto.

Es un orgullo para España y para Galicia que empresas españolas como Mercadona o como Gadis le hagan la competencia a las grandes multinacionales como Carrefour o Alcampo.

Yo tuve el privilegio de conocer a Roberto Tojeiro hace algunos años en el salón de actos de la Confederación de Empresarios en Vigo. Su vida es de película, empezó muy joven siendo vendedor de una fábrica de zapatos, es el creador y fundador de los supermercados Gadis y es un importante accionista de Regonosa, que es la distribuidora de gas en Galicia de los barcos que llegan por mar.

Lo recuerdo ya de maduro y yo con menos de cuarenta años, su semblante era de un hombre joven y nos dijo cosas muy interesantes, pero hay una cosa que nos dijo que me quedó grabada para toda la vida, nos dijo: “El hombre que no se ha arruinado tres veces no merece llamarse empresario”. Esa frase era la confirmación de que un empresario, un emprendedor de empresas debe de ser valiente y tener capacidad para volver a empezar. Debemos tener claro que una cosa es ser emprendedor empresario y otra el ser muy buen gestor.

Amancio Ortega lo tuvo bien claro y cuando fue creciendo tuvo siempre a su lado a muy buenos gestores, el último Pablo Isla, abogado del Estado, que lo llevó a la cumbre hasta que se hizo cargo su hija Marta.

La imagen de Roberto Tojeiro proyectada en la pantalla durante un reconocimiento póstumo al empresario

La imagen de Roberto Tojeiro proyectada en la pantalla durante un reconocimiento póstumo al empresario / Casteleiro

Ahora el gran Roberto Tojeiro estará gozando del cielo por ser un hombre de bien, trabajador incansable y creador de miles de puestos de trabajo. Ahora su hijo Roberto lleva las riendas de todo este gran grupo.

Es verdad que no es fácil crear algo de la nada, pero si es cierto que es muy difícil sostener y mejorar la herencia recibida, le deseo a Roberto hijo suerte y acierto para llevar a buen puerto la obra maestra de su padre Roberto Tojeiro.

*Miembro Club 55