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Ceferino de Blas.

Cuando el agua estaba fría

Desde los años sesenta se ha producido un aumento de la temperatura marina. Concretamente en Vigo subió 1,1 grados.

Esos resultados de las mediciones oficiales los corroboran las conversaciones entre los bañistas de las playas de las rías que aseguran que el agua está menos fría. Incluso algunos días produce la impresión de que la temperatura es casi mediterránea.

El calentamiento global y el del agua, como consecuencia del cambio climático, es un grave problema que afecta a la humanidad, pero en este artículo no vamos a ocuparnos de un asunto tan serio y propio de que lo expliquen los científicos, sino de algo circunstancial y más del común de la gente.

El motivo es un comentario de mi vecina Marieta, que tantos años trabajó en el Ayuntamiento de Vigo, y conoce multitud de cosas que pasaron en la ciudad. Como buena viguesa piensa que no debe olvidarse a ninguno de los personajes que pasaron por Vigo y lo encumbraron con elogios. Recuerda de sus tiempos de niña la llegada de una gran deportista que parece olvidada. Era una gran nadadora que vino a entrenarse para cruzar el Canal de la Mancha, porque las condiciones del agua de la ría eran las más adecuadas por su frialdad y porque tenían referentes parecidos con las del canal.

Fue así. La nadadora era Montserrat Tresserras, la tercera mujer que cruzó el Canal de la Mancha, y la primera española que lo hizo, en 1958. Un año antes había sido la primera mujer que atravesó a nado el estrecho de Gibraltar. Era ya la deportista española más famosa y reconocida mundialmente por sus logros. Por eso los vigueses estuvieron pendientes de sus movimientos, y los periódicos reseñaron cuanto hacía.

"En 1960 Monserrat Tresserras vino a Vigo a entrenarse para cruzar el Canal de la Mancha"

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Llegó a Vigo en agosto de 1960, cuando a las Cíes sólo iban los barcos en verano los fines de semana, “The Guardian” no había advertido que la playa de Rodas era de las más bellas del mundo, nunca se producían aglomeraciones, había muchas más gaviotas patiamarillas y las aguas estaban frías.

El objetivo de su estancia era prepararse concienzudamente para su próximo gran objetivo: cruzar el Canal de la Mancha en sentido inverso del que cubrió en la anterior proeza.

Su primer entrenamiento en Vigo fue nadar desde el Náutico a A Guía y vuelta, en lo que empleó 1 hora y 35 minutos. Su comentario tras la experiencia fue que “el agua estaba fría, y al igual que en el Canal tiene poca sal”.

Los principales recorridos, siempre desde el Náutico, fueron entre Vigo y Cangas y Cíes-Vigo. Este trayecto de aproximadamente 15 kilómetros fue el último entrenamiento que realizó el día 27 de agosto, y el 30 salía en el trasatlántico “Aragón” para Inglaterra.

Montserrat Treserras fue la primera mujer que culminó la gesta de atravesar el Canal de la Mancha en los dos sentidos, por lo que ni las corrientes ni la frialdad del agua lograron frenarla en su objetivo.

Lo intuía ella antes de zarpar para Inglaterra. Iba confiada porque se había “aclimatado a las aguas frías”. En la anterior prueba, de Francia a Inglaterra, “sufrió mucho porque sólo se había entrenado en el Mediterráneo, donde las aguas son más cálidas”.

En agradecimiento al trato cariñoso que recibió en la ciudad, llevó la grímpola del Real Club Náutico de Vigo en la embarcación que la acompañó en el recorrido entre Inglaterra y Francia.

Fue una proeza que le valió el reconocimiento de todo el deporte mundial, y que llenó de alegría a infinidad de gente.

Dos años después culminó otra hazaña, ya que sería la primera mujer en realizar la travesía del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina.

"Quizá hoy no viniese a la ciudad y prefiriese otra costa gélida para acometer la proeza"

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Montserrat Tresserras, gerundense de Olot, de profesión dactilógrafa –escribía a máquina– fue la mejor nadadora de fondo española, admirada en todo el mundo por las hazañas que culminó, las citadas y otras varias, siempre grandes desafíos. Después de abandonar la competición se dedicó a ayudar a otras nadadoras. Murió en 2018, pero su nombre es indisociable de la historia de la ciudad.

Acertó de lleno cuando decidió venir a Vigo a entrenarse para afrontar el reto más difícil que hasta entonces no había superado ninguna mujer: atravesar el Canal de la Mancha en ambos sentidos.

Con las aguas un grado más templadas, Montserrat Tresserras quizá hoy no viniese a la ciudad y prefiriese otra costa gélida para acometer la proeza que le dio más fama, aunque esa sensación casi mediterránea del mar que ahora se percibe la agradezcan los vigueses y forasteros que frecuentan las playas de la ría cada verano.

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