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Santiago Lago Peñas.

La energía de Galicia

Galicia es un espacio particularmente dotado para la energía. Contamos con agua, mar, viento y sol en abundancia; existe buen capital humano en universidades y empresas; y un tejido de empresas ya notable. Cierto que carecemos de actores principales propios en el Mundo empresarial. Pero eso no debería ser un impedimento, siempre que asumamos lo que otros hicieron en el pasado con sus recursos energéticos; singularmente, el petróleo.

Concreto. Me parece que sería lógico y muy positivo que la administración autonómica gallega, de la que todos los que vivimos en Galicia somos accionistas, contase con un instrumento de participación en la propiedad de las iniciativas de instalación de plantas de energías renovables, que también debería servir para recuperar las concesiones hidráulicas cuando vayan venciendo. Un instrumento para la colaboración público-privada.

La energía de los gallegos debe rentarnos directa y significativamente. No podemos limitarnos a ser un espacio de instalación, asumiendo los costes y quedándonos con beneficios magros. La energía limpia y barata de los gallegos debería ser, además, un elemento diferencial en la atracción de empresas para las que el coste energético sea un factor relevante. La Xunta debería explorar la forma jurídica en la que se puede concretar lo anterior; y dar todo el impulso posible a reforzar el conjunto del sector, desde la investigación académica hasta la producción de palas para los aerogeneradores.

El futuro pasa, entre otras cosas, por la energía y los alimentos de calidad. Y en ambas cosas podemos ser jugadores de liga europea. Creo que nos hace falta creérnoslo y llegar al límite de las posibilidades en el ejercicio del autogobierno.

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