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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las oportunidades

Es probable que la “cumbre” hispanoportuguesa prevista en Viana do Castelo resulte, al menos para Galicia, una de las mejores oportunidades, sino la mayor, para poner orden en las ideas y fecha, aunque sea aproximada, a los hechos futuros, y abordar en serio unos cuantos asuntos de importancia estratégica. Cierto que la ausencia –lógica por razones de la propia “cumbre”– de la Xunta resulta para algunos un déficit a la hora de plantear fórmulas que sin perjudicar a alguien sean óptimas para esta tierra. Habrá que confiar en que, si están en agenda, se defiendan como se debe desde la parte española. Porque se supone que esa agenda contendrá puntos clave para todo el Noroeste.

Hay una larga relación que se refiere a puntos de interacción en la Eurorregión, que ya va siendo hora de que para el Gobierno central resulte una prioridad de primer orden; al menos tanto como el Levante peninsular. Cabe citar como estratégicos el enlace por AVE entre ambos países con la salida sur de Vigo, pero la “cuestión ferroviaria” no acaba ahí. Existe una serie de asuntos que reclamar, al menos como recordatorio de los compromisos de voces autorizadas del Gobierno de España. Lo más importante, además de la citada salida, son la variante de Cerdedo, que colocaría a menor distancia en tiempo y kilómetros a todo el suroeste de la comunidad y el norte lusitano con Madrid.

(Esa “cuestión ferroviaria” debería extenderse –por lo menos en clave de futuro– al remate para el AVE atlántico –hasta Ferrol– así como su conexión con Lugo –se habló de ella como anteproyecto durante el Gobierno del señor Rajoy– al tiempo que se agilicen las tareas de adecuación de las vías para alta velocidad y la circunvalación de Ourense. Todo ello, junto al corredor de mercancías cooperaría, al establecer dos ejes paralelos norte/sur y un entramado de cercanías en todo el territorio, a combatir la despoblación y por tanto la crisis demográfica mediante el que será el mejor medio de transporte de personas y mercancías. Claro que no de inmediato, sino en un futuro próximo. Si hay suerte.)

Resulta evidente que la “cumbre” de Viana tiene una agenda bastante más amplia, y que casi agotarían esos asuntos, y que no se puede pretender que de facto se convierta en una especie de bálsamo para las deudas que se acumulan con Galicia. Pero también lo es que, como dice el refrán, la ocasión la pintan calva, y si demás se presenta en una reunión situada a media hora más o menos de la antigua ciudad española de Tui, mucho mejor: convendría que se aprovechara. O, dicho de otro modo, que todos los que cuentan, en opinión o consideración, para el Gobierno central, expongan lo triste que sería que se perdiese una oportunidad como ésta.

Cierto que este planteamiento podría ser replicado con la sabiduría de otro refrán clásico –“contra el vicio de pedir está la virtud de no dar”– así como que otros pueden reclamar parecido a Galicia. Pero ninguno, seguramente, mostraría tantas promesas y, sobre todo, compromisos, sin cumplir. Por eso conviene recordar que no se trata de petición, sino de la reclamar lo que se adeuda, y que eso no es vicio, sino lógica. De igual modo que negar no es siempre virtud, sino –sobre todo cuando se reivindica algo justo– un error que, en el caso de Galicia, además, resulta reiterado, tanto más cuanto que a otras comunidades se las atiende –digan lo que digan algunos– con mucha mayor atención y diligencia. Y aún ante los Presupuestos del Estado, que no especifican los proyectos que Galicia necesita y apenas aumentan la cifra para la inversión.

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