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Juan Tapia.

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Juan Tapia

¿Trumpismo en el PP?

Una derecha política, mediática y judicial se ha opuesto al pacto de los populares con el PSOE para la renovación del CGPJ cuando el acuerdo ya casi estaba concluido

Casi cuatro años de más lleva en funciones el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por la falta de acuerdo entre los dos grandes partidos. Cierto, el PP siempre había remoloneado a la hora de renovarlo cuando el equilibrio en el Consejo le era favorable y no tenía mayoría parlamentaria, pero esta vez la tardanza –con variopintos argumentos– está siendo tan larga como difícil de justificar.

En primavera pareció que el relevo de Pablo Casado por el pragmático Núñez Feijóo haría cambiar las cosas. Pero enseguida hubo las elecciones andaluzas y después nada de nada. La renovación seguía atascada y el problema envenenado porque la prohibición al CGPJ en funciones de nombrar magistrados del Supremo (ley fallida y prepotente del PSOE para forzar el cambio) había agravado todo. Las muchas vacantes por jubilación en el Supremo obstaculizaban la labor del alto tribunal y el impasse jurídico (la Constitución ordena que el CGPJ se renueve cada cuatro años) y funcional era tan fuerte que Carlos Lesmes, el conservador presidente del CGPJ y del Supremo, amenazó con dimitir en la apertura del año judicial. Y como el Consejo no se renovó, Lesmes, que fue alto cargo en los gobiernos de Aznar, acabó dimitiendo el 9 de octubre no sin antes haber irritado a los jueces conservadores.

El escándalo en el mundo judicial y en el europeo fue mayúsculo y el PP y el PSOE se vieron forzados a negociar en serio. La situación no era sostenible y a principios de semana parecía que el acuerdo entre el ministro Bolaños y el eurodiputado González Pons, muy próximo a Feijóo, estaba casi hecho. Y así lo aseguraban tanto en Moncloa como en Génova.

Pero no ha sido así. El jueves Ángela Martialay, experta redactora de "El Mundo", abría la portada del diario con un gran titular: "El PP teme la reacción de 'la derecha política, judicial y mediática' al pacto con el PSOE para renovar el CGPJ". Según el artículo las conversaciones se habían desarrollado de forma exitosa y “desde Génova no entienden que se critique cualquier acuerdo con Pedro Sánchez con el argumento de que Sánchez no es de fiar. Eso es trumpismo puro”.

Algo debía haber porque el mismo jueves a última hora y tras una conversación telefónica con Sánchez (que estaba en un aeropuerto africano) Núñez Feijóo anunció que el pacto quedaba congelado porque Sánchez quería rebajar, de acuerdo con ERC, las penas del delito de sedición, lo que podía beneficiar a Puigdemont y Marta Rovira. Pero una cosa es el pacto sobre el CGPJ, una obligación constitucional, y otra, distinta, las futuras leyes del Gobierno que además dependen de difíciles votaciones parlamentarias. Es la nueva excusa porque Sánchez ya había anunciado mucho antes que era partidario de esa reforma. Pero la sedición y un resbalón verbal en el Congreso de María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, debieron caldear los ánimos.

¿Qué pasó para que en menos de 24 horas un pacto casi concluido se viniera abajo? La primera respuesta está en el propio titular de "El Mundo". El trumpismo de “la derecha política, judicial y mediática” se ha impuesto. ¿Quién es esa triple y anónima derecha? No lo sabemos, pero el viernes Pilar Santos dio un dato en “El Periódico”: Isabel Díaz Ayuso le había pedido a Feijóo que no firmara el pacto del CGPJ. Y hay analistas que sostienen que importantes sectores del PP nunca han querido renovar un CGPJ y un Tribunal Constitucional elegidos cuando tenían mayoría.

Quizás todo es más anodino. Feijóo es un pragmático funcional. Quiere todos los votos de la derecha (como Aznar en 2000 y Rajoy en 2011) para ganar al PSOE sin quedar demasiado prisionero de nadie. Ahora de Abascal. Y quizás al final ha pensado que pactar el CGPJ con Sánchez, lo que ponía fin a una anomalía constitucional y reforzaba su credibilidad ante el centro y ante Europa, tendría más costes internos y riesgos electorales que ventajas políticas.

Vale, seguiremos sin nuevo Consejo del Poder Judicial. ¿Lo único que cuenta es que en el PP no haya mar de fondo y que el voto de la derecha no se distraiga con otras siglas? ¿Cree el líder del PP que solo es un daño colateral que parezca que no ha querido enfrentarse al trumpismo de Ayuso y otros?

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