Acertaba en la estrategia Vladímir Putin cuando, en vísperas de la por él llamada “operación especial”, armó y pronunció un relato basado en la supuesta unidad histórica de la “madre patria” (Rusia) y en la invocación de la Gran Guerra Patria contra el fascismo. Armamento, logística y superioridad numérica son importantes, pero al final suele ser decisiva la motivación de los soldados. El problema es que, por mucho poder de manipular la opinión que se tenga en la construcción de un relato, este debe tener algo de verdad dentro, aparte de que los relatos primarios mutan con el tiempo y las generaciones. De hecho, mientras los conjuros patrióticos de Putin no parecen haber bastado para contrarrestar en la mente de sus soldados la contabilidad de muertes, la vesánica crueldad del atacante ha cementado un relato en el lado ucraniano, que hoy cuenta ya con su propia Gran Guerra Patria.
