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Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

Nos sobran los motivos

Hay ausencias que siempre están presentes. Huellas que no se borran aunque el oleaje del tiempo pase por encima una y otra vez. Sin tregua. Ausencias que van moldeando la memoria en su estado más puro, modulando los silencios que muchas veces traen ecos de tiempos a los que siempre se les da una nueva oportunidad. La memoria es caprichosa pero tiene sus reglas de juego. Se deja manipular si es por una buena causa. Por ejemplo, filtrar los recuerdos para que quede su mejor versión, aunque no sea del todo cierta. La verdad es tan engañosa. Lo que pasó quizá solo sea una imagen que hemos recreado a nuestra conveniencia. Nos sobran los motivos: salvar de la quema los momentos que creímos importantes y que se revelaron como innecesarios. Por ejemplo. O sepultar aquello que enturbió relaciones que, finalmente, decidimos absolver, conmutada la pena del olvido. El pasado siempre es un país donde podemos pedir asilo para curar heridas, reposar de batallas perdidas por falta de comparecencia, quemar naves que no llegaron nunca a buen puerto. En esos pliegues de lo que fuimos es posible que habiten espejos donde se refleje lo que seremos. Y allí respiran las ausencias que solo necesitan un chasquido de miedos para hacer acto de presencia, con su capacidad para emocionar intacta. No hay lápida que oculte las sonrisas en las que nos sentimos protegidos de todos los males habidos y por venir, no hay mañana triste que pueda derrotar al ayer donde una vez vivimos cada segundo con la certeza de haber llegado al lugar donde nos esperaban con los abrazos abiertos, sin barreras ni trampas. En esas ausencias es posible encontrar un diálogo constante con las palabras que nos definen: sin paréntesis ni puntos suspensivos, sin más subrayados que los silencios que te llaman.

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