Termina el verano y Vigo lo despide con el éxito de los conciertos del Xacobeo, –Iggy Pop, C. Tangana y Muse–, culminación de las fiestas de agosto en la ciudad, que ha congregado a miles de vigueses y otros tantos desde distintos lugares de España y Portugal. Música, jóvenes y viajes van de la mano y suponen una inyección de recursos a la vez que de optimismo en sectores muy dañados por la pandemia: hostelería, restauración, transportes, se ven fortalecidos por estos grandes acontecimientos. La ciudad ha sido un hervidero de emociones compartidas, y eso genera sin duda más ciudad, más orgullo de pertenencia. Con el Festival Latitudes, que patrocina la Xunta de Galicia, ha culminado el verano en la ciudad. Ha ayudado un tiempo espléndido y la belleza inigualable de la Ría. El Festival volverá superándose, si eso fuera posible.

Pero el tiempo sigue, e iniciamos un largo período electoral con el nuevo curso político. Y ya surgió de inmediato la polémica sobre las infraestructuras ciudadanas infrautilizadas, y la “cultura de la queja” vuelve a escucharse buscando responsables en ámbitos alejados de la propia responsabilidad. Una ciudad como la nuestra no puede tener infraestructuras ociosas. Frente al esplendor del Puerto, que crece en todas sus magnitudes, se opone la indefinición del trazado directo del AVE, la aun sin concretar salida sur de la ciudad, y un aeropuerto con escasos destinos y conexiones. Es un problema de todos, que no se soluciona “echando balones fuera” después de casi dieciséis años del mismo gobierno municipal. Tenemos que sentarnos de nuevo para buscar soluciones, asunto en el que pondré, igual que en los otros citados, todo mi empeño como delegada de la Xunta en Vigo.

Pero más allá de todas las cuestiones pendientes, hay dos temas centrales que requerirán del mayor esfuerzo y las propuestas más sólidas: los ciudadanos y las consecuencias de la pandemia; y la transición hacia una economía y una sociedad globalizada. Los ciudadanos están en el centro de nuestras preocupaciones con la sanidad y el empleo como objetivo. Por otra parte, la población envejece, y esto requiere de nuevos servicios y programas socio sanitarios en los que estamos trabajando y que generarán una mejor atención y también nuevas oportunidades de empleo.

Y junto con los ciudadanos, la ciudad es nuestro ámbito de convivencia, pero también el centro de nuestra actividad económica y social. El mundo se ha globalizado, las conexiones digitales nos acercan a cualquier lugar y a cualquier persona; los intercambios sociales y económicos superan la estructura de la ciudad tradicional, es necesario una ciudad conectada a la globalidad, que a su vez será fuente de oportunidades de actividad y empleo. Concretar en proyectos ambiciosos y programas pragmáticos la conexión global será nuestra dedicación prioritaria.

Creemos en una ciudad líder. Las capacidades de Vigo están sobradamente demostradas, ahora como en el pasado; la economía, la empresa, la cultura y la sociedad en general han florecido de la mano de personalidades emprendedoras y una sociedad dinámica y versátil. Pensamos que hay que ir mucho más allá, que desde la cultura de la queja solo se obtienen réditos mediocres y se confunde a los ciudadanos.

Desde la Xunta de Galicia en Vigo nos volcaremos en solucionar los problemas de los ciudadanos, coordinando las políticas y programas del gobierno gallego; y al mismo tiempo, los representaremos ante la administración autonómica, queremos ser el vehículo para sus necesidades y propuestas. Queremos ofrecer a la ciudad una alternativa política, en este nuevo período electoral que empieza, que respetando la libertad individual ofrezca un proyecto colectivo que sitúe a Vigo desde el presente en el futuro.

*Delegada de la Xunta de Galicia en Vigo.