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Luis Carlos de la Peña

Mover el banquillo

Pedro Sánchez mueve el banquillo del PSOE en busca de soluciones. La referencia deportiva encaja aceptablemente con el momento que debe estar viviendo el presidente del Gobierno y secretario general. Acuciado por las derrotas en Madrid, Castilla y León y, sobre todo, Andalucía, Sánchez ha visto cómo su máximo rival, el Partido Popular, cambiaba de jinete en mitad de la cabalgada: Feijóo por Casado. Una decisión arriesgada, en muy poco tiempo socialmente percibida como acertada.

Sánchez es sensible a esta acumulación de augurios desfavorables y a la extrema volatilidad política del momento. Hace un año removía las portavocías del grupo parlamentario y del partido y presentaba el relevo generacional de su gobierno como un logro en sí mismo. ¡Qué pronto y mal ha envejecido todo! Desanda ahora Sánchez el camino empedrado de juventud e iconoclastia, tan insuficiente para captar y aliviar el desasosiego ciudadano como para desmontar la crecida de la derecha.

Mudan los portavoces en el Congreso de los Diputados y en el PSOE, Patxi López y Pilar Alegría, respectivamente, pero se corre el riesgo de fiarlo todo al quién y no al qué

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Reacciona el presidente y muestra con ello una sana voluntad de combatir la arterioesclerosis en su cuerpo político. Mudan los portavoces en el Congreso de los Diputados y en el PSOE, Patxi López y Pilar Alegría, respectivamente, pero se corre el riesgo de fiarlo todo al quién y no al qué. Por estirar el símil deportivo del inicio, cambian los jugadores y veremos si también el sistema. Cuando el partido se pone cuesta arriba importa, más que los cambios en sí, su capacidad para modificar el guion del juego.

Las personas incorporadas a las nuevas funciones son, todas ellas, conocedoras del oficio. Y sin embargo, salvo quizá Patxi López en el reducido ámbito del socialismo vasco, carecen de peso orgánico, no digamos ya de carisma político propio. La característica común a todos ellos sea quizá la de ser fontaneros cualificados, expertos componedores de la red de cañerías entre Moncloa y el partido.

Corresponde a España la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2023, coincidiendo con las elecciones generales

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En el círculo más próximo a estos centros de poder, miles de candidatos a alcaldías y siete presidentes autonómicos socialistas miran con prevención la cita electoral del cuarto domingo de mayo de 2023. Necesitan un impulso y en caso de no haberlo, que se eviten al menos los errores propios. El nuevo equipo de Sánchez aporta fiabilidad a ese objetivo.

Tiene también Sánchez, ante sí, un horizonte con objetivos mayúsculos. La situación en Europa, agravada por la dimisión de Draghi en Italia, necesita liderazgo. Corresponde a España la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2023, coincidiendo con las elecciones generales. Un doble desafío para fecundar una gran oportunidad. De entrada, se echa mano del banquillo.

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