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DESDE MI ATALAYA

Manuel Torres

¡Aquellas otras fiestas del Carmen!

Ahora que estamos en el día grande de nuestras tradicionales Fiestas del Carmen, quizás sería oportuno recordar aquellas otras Fiestas del Carmen, para que nuestros nietos, tengan una idea como los abuelos disfrutaban de aquellas sonadas por demás y rumbosas celebraciones de antaño, que organizaban en nuestra villa, cuya fama se extendía por toda la tierra del Morrazo. Y cuyos organizadores y protagonistas, participantes y espectadores, formaban parte de la gran comunidad marinera de la villa y de todo el litoral de nuestra ría, y su comisión organizadora estaba integrada por armadores, marineros y pescadores sin discriminación, lo que era un símbolo de la auténtica unión y convivencia de los profesionales del mar, en una armonía laboral, tan lejana hoy, de nuestro mundo del trabajo.

Pero el carácter más singular estaba en su capacidad de convocatoria, en su cálida popularidad, Jornadas de cordialidad y hospitalidad, que lograban atraer a nuestra villa, a una masiva concurrencia de gentes, ansiosas de compartir con los marinenses la sal de su sana alegría. El ciclo de festejos se organizaba alrededor de la temática tradicional, con el matiz marítimo de las fiestas, sin otros extraños complementos. Así, se realizaban, cucañas, concursos de natación, regatas, exhibición de barcos artísticamente iluminados, la procesión marítima, los fuegos acuáticos y las verbenas en orillamar. Dentro de las regatas marítimas, como correspondía a un pueblo de vieja tradición marinera, el acontecimiento central era las regatas de chalanas, racús y bucetas, que eran las regatas menores, con un valor estrictamente marinero de sus participantes, prevalecía la genialidad y el humor.

Las regatas mayores, se corrían con trainera de 24 remos y peltre, alcanzando gran fama en todo el litoral de las Rías Bajas, participando equipos de Ribeira, Cambados, Moaña, Sanxenxo, Portonovo y Marín. Durante muchos años, fueron célebres las competiciones entre las canoas “Lura” y “Farruco”, que representaban a dos sectores de aficionados locales, como también los equipos del “Liceo Casino” y de la “Sociedad Recreo de Artesanos”, que alcanzaron un alto nivel deportivo, que no hemos sabido continuar.

En el día de las regatas, nuestra villa presentaba una inusitada animación con La gran afluencia de forasteros que a millares acudían a presenciar nuestro gran espectáculo marítimo. Multitud de embarcaciones engalanadas surcaban las aguas llevando abordo centenares de personas y por otro lado las orillas de muelles y playas, estaban atestadas. Mediada la tarde, a punto de comenzar el gran espectáculo, el muelle comercial estaban las autoridades, jurado, invitados y numerosísimo público. Una salva de bombas, anunciaba el comienzo de las regatas, y la salida de las embarcaciones, de cada una de las pruebas la salida era iniciada con la interpretación, por parte de la Banda de Música de la “Marcha Triunfal”, escrita por el ilustre compositor local Ricardo Rosales. Una vez terminadas las regatas, la entrega de trofeos y la cena de honor de los participantes, dando fin a la memorable jornada, con la consabida verbena a la “Veneciana”, en el muelle, cerraba el ciclo festivo.

Al celebrar hoy, una vez más, esta Fiestas del Carmen, de tan vieja tradición marinense, pensamos que algo de ellas, sin duda la más peculiar y significativa, ha desaparecido. Y como decía el profesor e historiador marinense, José Torres Martínez: “Estas no son, aquellas fiestas del Carmen de otros tiempos, que hicieron famoso el nombre de Marín”. Ay, ahora son otros tiempos…

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