Opinión
Alberto González-Garcés
La nueva PPC de 2023
La Política Pesquera Común (PPC) de la Unión Europea (UE) comenzó a fraguarse en los años 70, pero se asentó de una manera más sólida en 1983. Desde entonces la PPC se suele revisar y actualizar cada diez años. Si se siguiese este criterio, no obligatorio, la PPC se revisaría y actualizaría en 2023.
Lo que sí que es obligatorio es que, a más tardar el 31 de diciembre de 2022, la Comisión Europea informe, al Parlamento Europeo y al Consejo, sobre el funcionamiento de la PPC. Así pues, estamos en el proceso en el que la Comisión Europea está preparando el “informe” preceptivo que analice como está funcionando la PPC. Aunque, al parecer, la Comisión Europea no quiere hacer una reforma en profundidad, este informe condicionará hasta donde deberá llegar la revisión.
Al mismo tiempo, todos los Estados miembros de la UE están trabajando intensamente para que la posible revisión y actualización de la PPC incluya todos los elementos que les preocupan y contemple las soluciones que más les interesen. Los sectores pesqueros, como es lógico, están haciendo lo mismo.
En este contexto la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI) organizó (los días 6 y 7 de julio) una “Conferencia Internacional sobre el Futuro de la Pesca” en la que, durante el primer día, se analizó las necesidades de la renovación de la PPC. El análisis se hizo desde cuatro puntos de vista: el europeo, el español, el gallego y desde el sector pesquero tanto europeo como español.
Creo que esta iniciativa ha sido muy importante y oportuna. La pesca en general, los recursos, los ecosistemas y el sector pesquero, podrían verse muy afectados por la revisión de la PPC. Para bien o para mal. Por ello parce lógico que se hagan serios y profundos debates sobre los elementos que debe contener tal revisión, para planteárselos a la Comisión Europea. Y debe hacerse de manera seria, bien fundada y de manera rápida, para que la Comisión pueda incorporar las propuestas y puntos de vista.
Pero no se puede olvidar que las propuestas deben ser realistas, aplicables, entendibles y asumibles por la Comisión Europea.
Digo esto porque cualquier iniciativa que se proponga, por muy buena que sea objetivamente, o para el estamento que la proponga, para que fructifique tiene que terminar incorporándose a un Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, que surge, inevitablemente, de una propuesta de la Comisión Europea.
Y para que ello ocurra es necesario convencer de las virtudes de lo que se proponga tanto a la Comisión Europea, como al Parlamento y a los Estados miembros que forman parte del Consejo. Sacar adelante cualquier propuesta es siempre muy difícil. No basta con tener razón. Hay que convencer tanto a los que hacen la propuesta formal, la Comisión Europea, como a los que deciden, Parlamento y Consejo. Y hay que negociar. Eso exige ceder en algunas, o muchas, cosas, para obtener lo más importante que se desee o se necesite.
No es fácil. Pero el sector pesquero sabe que tiene tiempo por delante. No demasiado, pero el suficiente si se prepara bien. De ahí la importancia de esta Conferencia Internacional de ARVI ya que es un foro de análisis y debate donde se han podido fijar objetivos y las estrategias para conseguirlos. Ahora habrá que pelear por ellos. Argumentando, convenciendo y negociando con las demás partes implicadas o interesadas.
*Instituto de Estudios Vigueses
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