Opinión
Marcelino Otero
Inflación y competencia
Los precios son parte esencial de las transacciones económicas, por tanto son fundamento mismo de los mercados que rigen sectorialmente la totalidad de la compraventa de bienes y servicios que constituyen la maquinaria general de economía, por ello el que ahora suban de forma tan agresiva, por razones fundamentalmente de una parte del mecanismo como es la oferta, no es aceptable, porque en definitiva los precios responden negativamente a posiciones de dominio de mercado, como por ejemplo las prácticas colusorias de los productores de petróleo, pero no solo, también de materias primas o de la logística.
Dicho esto, la inflación es el gran aliciente para la eficiencia y la competitividad. Solamente en escenarios monopolísticos son una lacra, pero en el mercado real de la compraventa produce favorables impulsos por que la productividad es inexorable, y si no se mejora, se cae en la pérdida de la competitividad y por tanto quien no esté a la altura de sus desafíos, salen del sistema, expulsados por las fuerzas derivadas de las acciones de los clientes frente a los oferentes.
Pido disculpas por esta aparente digresión para explicar algo que quizás con otras palabras más directas sea más fácil de comprender. Hoy ha caído en mis manos un folleto publicitario de una importante cadena de distribución alimentaria gallega y analizando su contenido, observo precios ofertados en el folleto y no veo el impacto de los altos índices de inflación que se cacarea a diario en los medios de comunicación, sino más bien al contrario, son precios razonablemente competitivos y que abarcan a una amplísima gama de productos alimenticios y otros de gran consumo en cualquier hogar.
Claro, esta cadena de distribución no se está compadeciendo del pobre cliente que no tiene dinero para comprar, sino que está absolutamente implicado en la lucha en buena lid comercial contra sus competidores que por cierto son muchos y en Galicia, contamos con la suerte de tener buenos profesionales de la distribución comercial, empresas potentes y competitivas que están aprovechando la negativa situación general provocada por cuestiones ajenas al día de día de los mortales, para ofrecer sus productos en magníficas condiciones de relación calidad/precio para acercar a los clientes precios que estimularan la demanda de productos.
La conclusión por tanto es que la tensión del mercado en cuanto a precios se enfría con competencia, aunque estemos en verano.
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