Asistimos a un acto especial. Por vez primera se entrega la Distinción de Honra Cidade de Vigo, máxima condecoración que otorga el Ayuntamiento de Vigo. Fue creada para honrar a quien “haya sobresalido de un modo excepcional en su ámbito de actividad y contribuido al prestigio de la ciudad de Vigo y los valores que la definen”.

Este honor ha correspondido a FARO DE VIGO, el primer periódico que se fundó en la ciudad.

Pero sería dejar la historia incompleta si no se personalizase esta distinción. El protagonista es Francisco Javier Moll de Miguel, presidente de Prensa Ibérica.

He aquí las razones:

Hace 36 años, el 1 de octubre de 1986, adquiría la propiedad de FARO DE VIGO. El periódico estaba en venta porque atravesaba por una delicada situación. Necesitaba una fuerte inversión y una profunda renovación.

A día de hoy, FARO DE VIGO se ha consolidado como uno de los grandes diarios regionales y Prensa Ibérica es el mayor grupo de España con 25 periódicos y sus respectivas ediciones digitales son líderes de audiencia.

Javier Moll, prestigioso empresario, respetado y apreciado por sus colaboradores, enfocó su vocación hacia la actividad editorial, desde que en 1978 adquirió los primeros periódicos, La Provincia y Diario de las Palmas. Como editor se impuso un lema: la independencia, que es la garantía de que los ciudadanos estén bien informados.

Ha conducido al FARO con enorme tino, convirtiéndolo en baluarte de la defensa de los intereses de Vigo.

Muchos se preguntan cómo es posible que un periódico nacido en una pequeña ciudad –Vigo tenía 5.000 habitantes en 1853–, que no era capital de provincia, sea el decano de la prensa española.

La longevidad de FARO se basa en la identificación con su territorio, que tiene como epicentro Vigo. Ha hecho posible que aún hoy, en pleno reinado de los medios digitales, “O FARO” siga siendo “sinónimo de periódico” para muchos lectores del Sur de Galicia.

Si no existiese el FARO, algunas parcelas de la historia gallega serían inverificables porque se habrían perdido los testimonios. Lo consultan los investigadores y lo citan los libros. Por eso es el más popular de los periódicos gallegos.

Ese prestigio se ha consolidado en las últimas décadas con el impulso del editor, Javier Moll, que ha contado con la indispensable colaboración de su esposa, Arantza Sarasola Ormazábal, vicepresidenta del grupo. Educó cinco hijos, completó su Máster universitario en Literatura inglesa y siempre tuvo buen criterio para las decisiones empresariales. Como buena vasca.

Vigo es la clave de que el FARO sea unos de los seis periódicos más antiguos del mundo escritos en español, los otros son de capitales sudamericanas.

Esa señal de fortaleza es la consecuencia de la simbiosis que existe entre FARO y la ciudad de la que recibe el nombre.

Si por algo se caracteriza Vigo es por su sociedad civil. Y el periódico contribuye a fortalecerla con su información diaria y a hacer que los vigueses se sientan orgullosos de lo que son. FARO transmite “viguismo”, el sentimiento que une a los habitantes de la ciudad. Por eso es uno de sus símbolos.

Acierta plenamente la corporación que preside Abel Caballero, al concederle su máxima distinción.

Todo por Vigo.