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Así no

El giro español sobre el Sahara y el último asalto a Melilla

El “asesinato” de los treinta y siete migrantes que han perecido en el asalto a las vallas de Melilla deja en claro qué es lo que había debajo del giro diplomático español con respecto al Sahara. Y los hechos demuestran lo que nos temíamos: que dejar en manos de la gendarmería marroquí el control del paso fronterizo era abandonar cualquier deseo de un control democrático de nuestra frontera sur. Echar la culpa a las mafias no es sino echar balones fuera y las declaraciones y la actitud de nuestro jefe de Gobierno no fueron desde luego las más coherentes con un Gobierno democrático y menos con un Gobierno de izquierdas.

Desde luego que un migrante negro o africano vale tanto como un refugiado ucraniano y, si es necesario aceptar y procurar las mejores condiciones de vida e instalación a los refugiados ucranianos, también lo es procurar que los migrantes africanos, sean del color que sean, sean o no europeos, tengan el mismo derecho y la atención por parte de nuestras autoridades migratorias. Si realmente los derechos humanos son “humanos”, esto es lo son para todos y las condiciones de persecución, hambre y mil penalidades más que sufren estos últimos son tan perentorios como los de los ucranianos que con razón y plena consecuencia acogemos en España.

"Dejar en manos de la gendarmería marroquí el control del paso fronterizo era abandonar cualquier deseo de un control democrático de nuestra frontera sur"

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La deriva de este Gobierno de coalición hacia unas posiciones que no son coherentes con las ideas políticas que dice defender es evidente y en esa deriva está el fondo del fracaso electoral que está cosechando en los últimos procesos electorales. Lo más triste es que está abonando el campo al acceso de la derecha al poder que, desde luego, utiliza estas incoherencias del Gobierno para sacar tajada electoral, aunque como sabemos por su anterior experiencia de gobierno su política migratoria en la frontera sur era todavía más antidemocrática que la que desgraciadamente está llevando a cabo el sector socialista del Gobierno actual. Desde luego Sánchez se lo poniendo a punto de caramelo a la derecha para las próximas contiendas electorales.

Pero lo de menos al final ya son los resultados electorales sino la conculcación de los derechos humanos que en connivencia con la dictadura marroquí Sánchez está llevando a cabo e incluso defendiendo. Pretende hacer que comulguemos con ruedas de molino y somos muchos de los que lo hemos apoyado que no estamos dispuestos a ello y que tomamos nota de ello para las próximas elecciones. Lo de Pablo Iglesias defendiendo a los migrantes africanos y contraponiéndolo con la actitud contraria con los ucranianos no deja de estar impregnado por su actitud benevolente con la incalificable invasión de Putin de Ucrania. A cada uno lo suyo.

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