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Alberto González-Garcés Santiso

Longevidad y esperanza de vida

Estos días, por diversas razones, me encontré en charlas y lecturas en las que se hablaba de la longevidad y la esperanza de vida de la especie humana. En todas ellas se afirmaba que había que distinguir bien entre un concepto y otro. Pero, ¿cuál es la diferencia entre longevidad y esperanza de vida?

La longevidad es la edad máxima que pueden alcanzar los individuos de una especie. Es una característica biológica de la especie.

La esperanza de vida es el promedio de años que se espera que viva una persona. Está determinada por las condiciones de vida de la población a la que pertenece.

La longevidad es, teóricamente, un valor relativamente constante para la especie, ya que depende de los genes. Está muy condicionada por el tamaño corporal, por ejemplo, la longevidad de los elefantes es mucho mayor que la de los ratones, y por el tamaño del cerebro, la longevidad de los humanos es mucho mayor que la de los chimpancés.

La esperanza de vida es una variable que depende de las condiciones de vida, del medio ambiente, de la alimentación, de la sanidad y de otras causas externas. Es propia de poblaciones o grupos concretos. Por ejemplo, en la especie humana depende mucho del momento histórico, y de los países o comunidades humanas concretas y, fundamentalmente, de la mortalidad infantil, pero también de epidemias, pandemias u otras causas de mortalidad más o menos inesperadas.

Se estima que la longevidad de la especie humana en un medio absolutamente natural, sin los avances técnicos, sociales, culturales ni de la medicina, es de unos 70 años. Es la longevidad propia teórica del “Homo sapiens”. A partir de los 70 años vivimos un “extra”, más allá de la longevidad de la especie. Gracias a los avances sociales y sanitarios, aunque biológicamente estamos programados para vivir unos 70 años, la longevidad real se alarga actualmente hasta unos 120 años.

Lo que vivimos a partir de los 70 años es un regalo que sobrepasa nuestra programación genética. Pero tiene algunos costes. Aunque no tengamos enfermedades de origen externo, a partir de los 70 años entramos en una fase en la que nuestra propia biología no está preparada para afrontar ciertos problemas internos que nos van surgiendo. Cataratas, tumores, demencias…, van apareciendo sin que el cuerpo sepa muy bien como reaccionar.

La esperanza de vida en la especie humana depende mucho del momento histórico, y de los países o de las comunidades humanas concretas. Como ejemplo comparativo, la esperanza de vida actual en Somalia es de unos 57 años, en los Estados Unidos es de unos 78 años y en Galicia de unos 83 años.

La esperanza de vida en Galicia en 1900 era de unos 35 años mientras que en 2020 era de unos 83 años. La gran diferencia entre una esperanza de vida y otra se basa fundamentalmente en la disminución de la mortalidad infantil, que en 1900 era muy alta, y en el sistema sanitario que disfrutamos actualmente. También en las condiciones de vida, alimentación y otros.

La esperanza de vida depende del medio en el que vivimos, la longevidad depende fundamentalmente de los genes. Un deseo muy generalizado es que la esperanza de vida se acerque a la longevidad, pero con un buen estado general de salud. Una gran longevidad saludable. ¿Podremos conseguirlo?

*Instituto de Estudios Vigueses

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