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Irene Bascoy

Alfonso Rueda toma posesión: ¿cartel electoral doble?

Feijóo felicita a Rueda tras la toma de posesión. Irene Bascoy

El segundo discurso de Alfonso Rueda Valenzuela desde el martes empieza a dar pistas de quién es o quién quiere ser el sexto presidente de la Xunta, aunque seguimos ignorando cuál es SU proyecto para Galicia, el del PPdeG ya lo conocemos, pero el suyo, todavía no. Su discurso de ayer, en su toma de posesión como titular del Gobierno autonómico, tuvo más empaque que el desgranado el martes en el Parlamento, muy de gestor, cuando pidió la confianza de los diputados. Fue una intervención de presidente gallego, enraizada en el pasado y mirando al futuro (la batalla de monte Medulio, el mariscal Pedro Pardo de Curros Enríquez, Castelao, Valentín Paz Andrade...).

Ya le extrañaba a la profesora de Ciencia Política Nieves Lagares que el martes en su discurso Rueda hubiera pasado por alto la galleguidad del PPdeG, espacio identitario que explica en buena parte el éxito electoral de la formación en Galicia.

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Así fue la toma de posesión de Alfonso Rueda como presidente de la Xunta. R. V.

Ayer el nuevo presidente se presentó como un galleguista “conciliador e inconformista”, dispuesto a que “Galicia contribuya con lealtad al fortalecimiento de España y del proyecto común europeo”. Pero igual que el movimiento se demuestra andando, será la gestión de Rueda, la prueba del algodón de su galleguismo. Todavía se recuerda que fue él, y no otros dirigentes de su formación, el que se manifestó en las calles contra la política lingüística del bipartito, de la mano de Rosa Díez y Galicia Bilingüe. Una protesta que fue el germen del recorte del gallego en las aulas que luego aprobó el primer Gabinete de Feijóo.

Ayer el nuevo presidente se presentó como un galleguista “conciliador e inconformista”, dispuesto a que “Galicia contribuya con lealtad al fortalecimiento de España y del proyecto común europeo”

La sombra de Alberto Núñez Feijóo ha sido tan alargada durante los 13 últimos años que su segundo de a bordo es un gran desconocido para muchos. Por eso, ahora Alfonso Rueda tiene que definirse. Consciente de ello, ayer explicó que es “prudente” y esa prudencia, advirtió no puede confundirse con “la apatía o falta de ideas”. Seguiremos entonces esperando por SU programa para Galicia. Y también justificó ser un gran desconocido, pese a haber sido la mano derecha de Feijóo desde 2006: “En estos años, me preocupé poco por la relevancia pública y mucho porque el conjunto del Gobierno funcionase sin desajustes. Estuve muchos años en la sala de máquinas, ahora me toca subir al puente de mando”.

En ese puente de mando, Rueda sentirá la soledad del jefe. Necesita rodearse de un buen equipo (hoy conoceremos la composición de su Gobierno), pero las victorias y, sobre todo, las derrotas, serán solo suyas. Siempre es así. Él no será una excepción.

Rueda tiene desde ayer plenos poderes como presidente de la Xunta. Ahora tiene el poder, le falta la autoridad, y esa solo la ganará si la suerte en las urnas le sonríe. Mientras tanto, habrá barones provinciales que entiendan que Rueda les debe el cargo, o conselleiros que aún le vean como un compañero, y no como el nuevo jefe, pero las circunstancias en las que juega el político pontevedrés le pueden ser favorables. Muy favorables.

Rueda arranca un mandato exprés. Le quedan dos años de gestión, pero antes vendrán las elecciones municipales, donde posiblemente volverá a tragarse el sapo de no tocar poder urbano, y lo importante, antes han de ser las generales.

Si Pedro Sánchez agotase la legislatura los comicios serían en noviembre de 2023. Aunque en política hemos aprendido en los últimos años que todo puede cambiar en un día, las encuestas evidencian el desgaste del PSOE y que Alberto Núñez Feijóo tiene opciones de irse a vivir a Moncloa. La duda es el papel que tendrá VOX.

En este contexto, hay dirigentes del PP gallego que empiezan a plantear, sopesar, barajar, insinuar... que llegado el momento Rueda puede hacer coincidir los comicios autonómicos con los generales

En este contexto, hay dirigentes del PP gallego que empiezan a plantear, sopesar, barajar, insinuar, ... que llegado el momento Rueda puede hacer coincidir los comicios autonómicos con los generales, lo que nunca ha pasado, pues Galicia es nacionalidad histórica. Así el candidato del PPdeG se vería impulsado por la ola de Feijóo. Sería un ticket electoral doble, con Feijóo a la Moncloa y Rueda a Monte Pío. ¿Qué les parece? El objetivo seria blindar la mayoría absoluta. Rueda siempre ha ligado su carrera política a la Feijóo y, en esta ocasión, podría ligar su futuro.

Quizás la oposición empieza a sospechar, y por ello a Rueda no le darán ni los cien días de gracia del nuevo presidente. La verdad es que no le han dado ni uno. Ayer mismo Ana Pontón, la líder del BNG, y Valentín González Formoso, líder del PSdeG, ya ponían deberes al presidente recién estrenado, deberes para evidenciar las debilidades de la gestión de la Xunta. Ya estamos en precampaña, y no de las municipales.

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