Me preguntan por la agenda económica de la Xunta para los próximos dos años. Tras meditarlo un día, me decanto por los cuatro asuntos que siguen. El orden no implica prelación o grado de relevancia.

Energía. Galicia tiene otra nueva oportunidad para aprovechar sus capacidades y no limitarse a ser un mero espacio privilegiado para la instalación de térmicas y saltos ayer; y aerogeneradores hoy. La Xunta debe liderar el proceso. Tenemos que aprovechar nuestros recursos y quedarnos nosotros con el valor añadido. Como hacen Arabia Saudí o Noruega con su petróleo. Investigación y desarrollo, fabricación de aerogeneradores, instalación, energía más barata para nuestras empresas… La Xunta debería pensar en crear un instrumento jurídico para liderar el proceso y participar en la propiedad de los nuevos parques. Además, la Xunta debe velar porque los nuevos parques no pongan en peligro usos agroganaderos y turísticos, o el bienestar de los ciudadanos que habitan en los alrededores.

Evaluación de políticas públicas. El nuevo Gobierno debería volver a su programa electoral y crear una agencia de evaluación de políticas públicas independiente y altamente capacitada para decirnos cómo gastar mejor, para poner en práctica ensayos piloto que permitan probar maneras alternativas de hacer las cosas. Y este objetivo es especialmente importante porque se divisa, ya en 2023, un escenario de ajuste fiscal impuesto desde Bruselas para reducir el déficit y la deuda pública. Gastar mejor es la manera menos dolorosa de hacerlo.

Reforma de la administración. Necesitamos facilitar la implantación y el desarrollo de las actividades productivas. Por supuesto que tiene que existir un control y una normativa que proteja y garantice la seguridad laboral, el cuidado del medio ambiente o el del patrimonio. Pero eso no es excusa para que los procedimientos se eternicen y acaben desesperando hasta al más paciente. En un mundo como el actual, la velocidad y agilidad a la hora de llevar adelante los proyectos empresariales es extraordinariamente relevante. Y no es una cuestión de aprobar nuevas leyes de simplificación. Hay que remangarse y cambiar la forma en la que opera la administración, lo que pasa por una oficina dependiente del presidente con los medios y la autoridad suficientes para hacerlo.

Proyectos tractores. La fábrica que se va a instalar en Palas de Reis es el primer resultado de Impulsa Galicia, un ejercicio de colaboración público-privada sin par en el mapa autonómico y que inaugura lo que debe ser una nueva etapa en la política industrial. Por cierto, esta sociedad es una de las propuestas que hicimos desde el grupo de expertos económicos para afrontar los retos del COVID-19 y que el anterior presidente decidió que merecía la pena probar. Estamos siendo líderes en España con una iniciativa que el nuevo Gobierno debería reforzar, integrando más socios e involucrando a más agentes en el proceso de identificación y definición de proyectos empresariales rentables desde el punto de vista privado, pero también desde el social; proyectos que encajen con las ideas de la descarbonización, la digitalización, la sostenibilidad y la circularidad.

No sería poco para dos años.

*Director de GEN (Universidade Vigo)