Convertir las amenazas y las debilidades en oportunidades y fortalezas es la misión diaria de las empresas y la literatura de la gestión estratégica ha descrito mucho sobre ello; es verdad que quizás se haya abusado de enfoques teóricos y a la hora de llevarlos a la práctica se han encontrado con la dura realidad. El caso que hoy traigo a colación es el impacto causado por los incrementos, muy poco vistos en la historia económica, de los actuales costes energéticos, principalmente en las empresas industriales, las cuales en muchos casos son grandes consumidores de energía imprescindibles para poder llevar a cabo sus procesos industriales.

La presión de los precios provenientes de las tensiones del mercado energético se ha unido, además, a otros elementos para verlo como una tormenta perfecta, como los problemas de oferta de materias primas, prácticas colusorias en la restricción de productos energéticos en el mercado, comienzo de una profunda transformación energética por los objetivos de descarbonización, desajustes logísticos post pandemia y finalmente un conflicto bélico que involucra uno de los países con mayor capacidad de producción de gas y petróleo.

Los incrementos de costes industriales en algunos sectores han sido muy profundos, alcanzando un 50%. El gas se ha llegado a multiplicar a corto plazo por cinco su precio y las proyecciones consolidan precios tres veces superior al que se pagaba en el 2021.

Los industriales con grandes consumos energéticos, realizan sus compras anticipadamente dado que la estabilidad y previsibilidad de costes han de reducir al mínimo posible la volatilidad de precios en sus insumos industriales, por ello las coberturas de suministro energético a largo plazo han de pasar necesariamente por una apuesta decidida y a corto plazo en inversión en energías renovables, y no tanto como una inversión en una nueva línea de negocio, si no como método a corto plazo para la reducción de sus costes energéticos.

Cada vez son más las empresas europeas que para paliar los efectos de los altos costes energéticos a medio y largo plazo, están adoptando estrategias de descarbonización desarrollando capacidades de producción de renovables. La factibilidad de la reducción radical de costes energéticos es un hecho demostrable y si hasta hace nade los proyectos tendrían procesos de maduración de varios años, hoy se mide en meses. La principal barrera para las empresas no es financiera o técnica, es simplemente organizacional.

*Economista