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Ceferino de Blas.

Dos momentos de emoción

La entrega de los premios de vigueses distinguidos, que se enmarca en los actos de la Reconquista, registró este año dos momentos de especial emoción. El primero cuando la ucraniana, Marta Skyba, encargada de leer el bando, lo cerró exclamando “¡Viva Vigo, gloria a Ucrania!”, que desató una tromba de aplausos que expresaba el sentimiento de solidaridad del pueblo de Vigo con esa gran nación, masacrada injusta e inmisericordemente por el Ejército de Putin, y que se defiende con orgullo y bravura.

En segundo lugar, cuando Isabel Pardo de Vera, secretaria de Estado de Transportes, a la que se otorgó la medalla de oro de la ciudad, explicó en su discurso telemático la razón por la que no pudo asistir a recoger el premio que tanto agradecía, al estar luchando contra el cáncer. Su sinceridad, expuesta con sencillez, sorprendió y admiró a los presentes que también la colmaron de aplausos.

"En la ceremonia de los vigueses distinguidos, la ucraniana, Marta Skyba, encargada de leer el bando, lo cerró exclamando '¡Viva Vigo, gloria a Ucrania!'"

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Estos gestos que tocan los sentimientos son los que acaban diferenciando los actos oficiales que se celebran periódicamente, y por los que sus protagonistas son recordados con el paso del tiempo. Se utilizan como referencia. Desde ahora para citar estos premios, se dirá que fue cuando la ucraniana leyó el bando o la secretaria de Estado confesó su enfermedad.

El resto de la gala discurrió con la solemnidad acostumbrada de la concesión de los galardones a los vigueses distinguidos, cuatro de ellos individuales y varios colectivos. Los individuales se otorgaron a personas que llevan el nombre de Vigo con enorme prestigio y de los que puede presumir la ciudad: el economista Antón Costas, una personalidad encumbrada nacionalmente por su saber y sus cargos, el novelista Domingo Villar, escritor de novela negra de los más reconocidos del panorama literario español y el arquitecto Alfonso Penelas, cuyas obras trascienden la admiración que se las dispensa en Galicia. La cuarta galardonada, la astrofísica Begoña Vila, una personalidad relevante en la NASA, no pudo asistir.

Los colectivos, mayoritariamente centros escolares, son la expresión de que el nivel docente es de garantía, ya que todos superan el medio siglo de enseñanza, y por sus aulas pasaron decenas de miles de estudiantes que ayudaron a reforzar la personalidad de la población.

"Isabel Pardo de Vera, secretaria de Estado de Transportes, a la que se otorgó la medalla de oro de la ciudad, explicó en su discurso telemático estar luchando contra el cáncer"

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El maestro Pedro Díaz, en su precioso libro “La caracola de piedra”, que es la mejor guía literaria del Vigo Vello, apunta cuando pasa bajo el Arco de Quirós que allí estuvo la primera escuela de niños que hubo en la ciudad, en un pequeño local, en el siglo XIX. No hace demasiado, por eso merece el máximo reconocimiento el sector docente, porque Vigo tardó en tener centros escolares. No hubo Instituto de enseñanza media hasta 1927.

Aquella etapa se superó con brillantez –ya se sabe que Vigo se embala cuando se pone a una tarea–, y hoy pueden entregarse cada año premios de vigueses distinguidos a tantos colegios “medioseculares”, entre los que se incluyó a la Escuela de Idiomas que tan espléndida labor viene cumpliendo.

En resumen, la programación y concesión de distinciones a personas individuales y colectivos que aportan prestigio y benefician a Vigo discurrió como corresponde a actos de este tipo, de forma protocolaria y solemne. Sin que ningún maestro de ceremonias le encontrase fallo alguno.

Pero este año revistió una especial enjundia emocional, interpretada por dos mujeres. Una por su ausencia justificada, Isabel Pardo de Vera, medalla de oro de la ciudad, otra bien presente, Dona Marta Skyba, representante de los ucranianos en la provincia de Pontevedra, que leyó el bando de la Reconquista. Y no perdió la ocasión de comparar lo que hicieron los vigueses en 1809, expulsando al ejército invasor para vivir libres en la ciudad con lo que hace ahora su pueblo, luchando en sus tierras por la libertad.

Estos dos momentos de emoción que se vivieron en la solemne entrega de los premios de Vigo de 2022 son los hitos por los que se recordará esta edición.

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