Una vez más, la historia importa. En 2013, la primera vez que Citroën solicitó la llegada de la red de Muy Alta Tensión a su factoría, gobernaba Mariano Rajoy. El gobierno de Rajoy no quiso hacer esa acometida y en aquel momento el silencio de Feijóo ante las demandas de la empresa fue atronador, aunque en su campaña publicitaria sin fin se hacía una foto al semestre en París.
Diga lo que diga el presidente de la Xunta, el gobierno gallego tuvo una absoluta falta de iniciativa política ante el Gobierno de España durante cinco años, desde 2013, cuando PSA solicitó su conexión a la red de 220 kilovoltios, hasta junio de 2018, cuando el PP perdió el Gobierno de España.
Desde que llegó a la alcaldía en 2007, Abel Caballero ha estado siempre al lado de la factoría de Citroën y sus necesidades. Eso sí, sin hacerse la foto semestral en París. El alcalde de Vigo ha reclamado esta conexión energética cuando gobernaba Mariano Rajoy y también ahora que gobierna Pedro Sánchez, esta es la diferencia.
Los informes técnicos señalan que la demanda prevista no cumple los requisitos del decreto en vigor. Como bien ha dicho el alcalde, habrá entonces que cambiar el decreto. Y de forma discreta, que es como se hacen estas cosas, está trabajando en ello con el Ministerio de Transición Ecológica y que no le quepa duda a nadie que saldrá delante.
Esta conexión de Vigo y de su tejido industrial a la red de Muy Alta Tensión y la construcción de una subestación adecuada está presente en la agenda política desde hace años; y sería bueno para todos que la Xunta y su presidente hicieran algo, además de quejarse.
La Xunta tiene competencias y fondos para firmar convenios que permitan actuaciones con otras administraciones. Tiene presupuesto en la Consellería de Economía e Industria que no ejecuta y debería cooperar con el Gobierno de España, como por ejemplo ha hecho el gobierno valenciano con la fábrica de baterías que se va a establecer en Sagunto.
Cuando de verdad se quieren solucionar los problemas, se exploran todas las vías. Pero el sr. Feijóo considera que le resultan mucho más rentables el victimismo y la queja. Se equivoca, la ciudad de Vigo y Stellantis saben quién se hace fotos semestrales y quién trabaja para buscar soluciones a los problemas.
*Concejal de Cultura y Empleo
