Quiso la química del voto que los tres temas que llegaron a la final de Benidorm representen, en cierto modo, a tres Españas, una que navega en el ‘mainstream’ rítmico y latino que inunda la radiofórmula (“SloMo”, de Chanel), otra que lo hace en la ola gigante de la nueva feminidad y en la lucha (“Ay Mamá”, de Rigoberta Bandini) y una más que intenta reinstalar bajo formas renovadas las diversas tradiciones musicales nacionales (“Terra”, de Tanxugueiras). Hay calidad, ambición y estilo en las tres, por lo que, una vez dirimido el trilema quizás convendría cambiar el “modo” de afrontar el asunto, tratando ahora de entender los valores de las otras, aunque no sean los del gusto personal, en lugar de levantarse de la mesa. Es la receta para que, en esto y en todo, las diversas Españas convivan y aporten al caudal común de la plural españolidad. A veces cuesta (¡ufff!), pero ahí se mide un país.