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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

Lo que USA arrebató a España

La crisis de Ucrania, con la amenaza latente de un enfrentamiento bélico entre los países integrados en la OTAN y Rusia, puso de manifiesto la debilidad argumental de los oponentes. En realidad, la OTAN es una alianza militar dirigida por los intereses de Estados Unidos que integra en su estructura a los estados europeos que formaban parte del desaparecido Pacto de Varsovia, una alianza militar dirigida por los intereses de la también desaparecida Unión Soviética. Lo que procedía (si quisiéramos ser equitativos) era desmantelar también la Organización del Atlántico Norte, pero Washington vio la oportunidad de convertirla en un gendarme global con autoproclamada competencia para intervenir donde le diese la gana.

Su área de actuación ya no se circunscribía al Atlántico norte, que era su objetivo fundacional, y muy pronto se implicó directamente en la guerra de Yugoslavia, en la de Afganistán, en la de Irak, en la de Libia, en la de Kosovo, donde creó un estado para albergar una enorme base militar. Por cierto, que España no reconoce al estado kosovar por las consecuencias que se podrían derivar respecto de los proyectos independentistas en Cataluña y en Euskadi. Aunque no se opuso a jugar al fútbol un partido oficial contra ese ente inclasificable desde el punto de vista del Derecho Internacional.

“En la historia no encontramos ninguna importante factura con Rusia”

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Llegados a este punto de confusión bueno sería que don Javier Solana de Madariaga, que era secretario general de la OTAN cuando los bombardeos sobre Serbia y Belgrado, su capital, escribiese algún artículo que eche algo de luz en este oscuro y doloroso asunto. La historia de la intervención de los imperios (España fue el más extenso de todos ellos) en los asuntos internos de otras naciones, debe de ser observada con la mayor objetividad posible.

En la relación entre España y Estados Unidos (el país que no tiene nombre según la interpretación del escritor mexicano Juan Rulfo) se da el caso de que España apoyó con medios materiales la independencia de las colonias norteamericanas respecto de la Gran Bretaña. Aunque ese detalle no le representó ninguna ventaja en su posterior trato con la República que empezaba a dibujar su perfil de futura gran potencia. Una expansión territorial, militar y financiera que se hizo fundamentalmente a costa del reino español y de sus causahabientes como acredita la siguiente relación de territorios apropiados: Florida, Puerto Rico, Carolina del Sur, Arizona, Nuevo México, Texas, California, Alaska, Nevada, Colorado, Utah, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Alabama, Misisipi y Luisiana. Además de eso, la satelización de Cuba, y del Centro y Sudamérica, de Filipinas.

En la historia no encontramos ninguna importante factura con Rusia, si exceptuamos el autoproclamado anticomunismo de la dictadura franquista (el oro de Moscú, etc.) al contrario de esto también tendríamos que citar el envío de la llamada División Azul al frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial como apoyo al ejército nazi. Confiemos en que el diálogo evite males mayores.

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