El periodo navideño termina de forma brusca con la llegada y fuga inmediata de los Reyes Magos, pero esto es solo una sensación y el desmontaje del aparato escénico es bastante lento, prorrogándose varias semanas de enero. Más o menos por estos días los grandes almacenes y el comercio en general dan por definitivamente concluida la campaña con la retirada de la mercancía dispuesta para afrontar devoluciones y cambios de artículos. A la vez se ultima la bajada al suelo de los pináculos luminosos y los colgantes de luces (ya apagadas el 7 de enero salvo en Vigo) de las calles. En algunas familias la entrega de regalos entre los segundos o terceros círculos concéntricos se habrá prolongado también estas semanas con las dificultades propias de la pandemia. Esos mecanismos de amortiguación hacen que la antigua cuesta de enero (que no era solo económica) tenga menos pendiente.
