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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La espera

La espera GUSTAVO SANTOS

Así pues, metidos en la segunda mitad del mes de enero, y para que nadie se olvide, no estará de más insistir en el trabajo que hace muy poco publicaba este periódico: el hecho del AVE, aunque incompleto, y los efectos en especial los positivos, que esa mejora ferroviaria puede tener para Galicia. El primero de ellos, por inmediato, es el fuerte impulso que podría suponer para el Xacobeo 2022. Sobre todo, a la hora de captar lo que en el pasado ejercicio no se pudo: el turismo extranjero. El segundo, que ya se nota, es un abaratamiento de los precios del pasaje en las compañías aéreas: tal y como anunció FARO, Peinador recuperará en marzo la normalidad preCOVID, y con rebajas.

Todo ello, bien programado y trabajado, supone una excelente oportunidad para que peregrinos y turistas extiendan su estancia a la totalidad de este antiguo Reino. Cuya oferta no se agota en lo religioso o lo paisajístico, aparte de lo gastronómico: aquí hay tesoros históricos, culturales y artísticos que pueden y deben ser un reclamo mayor que el que ya han puesto hasta ahora. Y en ese sentido parece que trabajaban ya los responsables, desde el vicepresidente Rueda hasta la responsable de Turismo: ahora la Xunta anuncia un Plan integral para aprovecharlo en el futuro.

(Es probable que aparezcan quienes, sin ánimo de incordiar, manifiesten sorpresa por el hecho de que ese Plan autonómico no estuviese ya preparado y concluso. Al fin y al cabo, el AVE –o lo que sea– tendría que llegar en algún momento y, aun incompleto, supondrá oportunidades diversas que han de aprovecharse desde el primer momento. Y es de suponer que incluirá algo sobre el low cost ferroviario –que ya funciona en otras líneas–, no vaya a ser que Galicia quede de nuevo en la cola del aprovechamiento. De ocurrir, resultaría imperdonable que se dejase correr desde los poderes fácticos de esta tierra, si es que aún existen).

En este punto, hay dos asuntos que, aun desde un punto de vista particular, tienen importancia estratégica para el Reino y, por tanto, merecen recordatorio por si acaso. Uno de ellos es la tan reclamada coordinación de los tres aeropuertos, que resuelva una tan absurda como inútil competencia entre ellos. La llegada del AVE, con todo lo que significa para el transporte de pasajeros, hace no ya conveniente, sino necesario contemplar y tener en cuenta la nueva circunstancia. Y, también, una mayor importancia estratégica sobre Oporto junto, desde Ourense, a la utilidad para el norte de Portugal a la hora de viajar a Madrid.

El segundo de los asuntos tiene aún mayor relieve: parece del todo necesario el remate definitivo, en un plazo algo mayor que hasta ahora –ad calendas graecas...– tanto del proyecto del AVE atlántico, hasta Ferrol y la frontera lusitana, como la circunvalación de Ourense y una solución al enlace a Santiago y, desde luego, la obra de la variante de Cerdedo. Y, aunque tangencial, pero indispensable, el Plan de la Xunta tiene que prever que con el AVE se salda una deuda, pero se crea otra: la comunicación por ferrocarril en el resto de Galicia: las cercanías, más vertebradoras aún que la alta velocidad. Puede que reclamar todo eso a la vez parezca mucho, pero es que a los gallegos –y sus vecinos– ya apenas les queda paciencia para seguir esperando.

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