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Francisco García.

Billete de vuelta

Francisco García

El Miserere de la inflación

Se nos ha puesto la inflación por las nubes, como un globo de helio recién hinchado, al 6,2% en diciembre, la mayor subida de precios porcentual en tres décadas, al decir de los sesudos analistas. Tal vez desconozcan los expertos que la palabra procede del latín (inflatio, inflationis), de la reunión del prefijo -in y del verbo flare, que juntos indican “soplar hacia dentro”. O sea, que la escalada del coste de los bienes de primera necesidad provoca en el ciudadano soplidos de desaliento que salen del alma, de como que no me llega el susto al cuello de la camisa, que vas a comprar naranjas de Valencia y te las cobran como si fueran piñas de Cornualles o uvas Ruby Roman.

La cesta de la compra se encarece, y lo que hace unos meses daba para llenar el carrito ahora no alcanza ni a los tres cuartos. Hasta la harina cotiza a precio de oro blanco. O el aceite de oliva, que en lugar de proceder de una almazara de Jaén parece salió de un pozo del Golfo Pérsico.

La bolsa del condumio se ha convertido en un sumidero de euros. El pasado año ibas al mercado y a la vuelta te merendabas un bocadillo de jamón ibérico mientras escuchabas en Spotify una Polonesa de Chopin. Hoy no te da para más que para un sándwich de chopped y un Miserere del Salmo 51 en casete de cromo.

Antes te envolvían una lubina en papel de estraza y ahora te ofrece un chicharro envuelto en el periódico. Por la página de sucesos, para más inri. Y a ti, que antaño se te ponía cara de besugo, ahora te queda rostro de gallineta. Y te vienen a la memoria recuerdos de antaño, cuando el papel de prensa servía para forrar cajones o envolver un bocata de sardinas. O para enterrar al canario de la abuela, que murió de viejo.

En tiempos de crisis, la prensa escrita tiene futuro, por lo que vale en sí y por otras múltiples utilidades. Cuando el mundo va de culo sirve hasta de papel higiénico. No como el consumo de fake news, que provoca urticaria y frecuentes ataques hemorroidales.

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