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Ceferino de Blas.

Ensoñación de aniversario

¿Que les parecería si este año se organizase una exposición en el Marco para celebrar su 20º cumpleaños, teniendo como obra central la “Adoración de los Reyes” de Hugo van der Goes, el cuadro que actualmente se encuentra en el Museo de Berlín? ¿Por qué ese cuadro y en Vigo, se preguntarán? Por tres razones. Porque en el año 1913 los vigueses supieron que está impresionante obra, una de las más bellas que existen del pasaje bíblico de los Reyes Magos embarcaba en el puerto de Vigo con destino a Alemania en el trasatlántico “Cap Vilano”. Aunque no vieron el cuadro que llegó de forma semiclandestina desde Monforte, de donde había sido sacado de noche, y transportado en el tren, custodiado por una pareja de guardias civiles. En segundo lugar, porque Vigo es desde hace unos años la capital de las navidades y la escena de los los Magos rememora el origen de la devoción de los vigueses por estas fiestas, como demuestra el Tímpano de la colegiata, construido en el siglo XV, y cuyo principal bajorrelieve es una representación de la Adoración de los Reyes. En tercer lugar, por algo que tiene una importancia capital como es la aprobación de una ley que protegiera el patrimonio nacional e impidiera el expolio de obras de arte.

"En el año 1913 el cuadro "Adoración de los Reyes" de Van der Goes embarcaba en el puerto de Vigo con destino a Alemania en trasatlántico"

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Cuando el cuadro fue embarcado en el trasatlántico de la Compañía Hamburguesa, los vigueses sabían que no se había producido en un ambiente de entusiasmo, porque habían leído en este periódico las críticas. “La joya artística sale de España con la protesta unánime de quienes sentimos la belleza y rendimos culto a los tesoros que nos legaron nuestros antepasados”. Pero la venta era un hecho consumado. La penuria del Estado español impidió dedicar los recursos que necesitaban el pueblo y el Colegio de los Escolapios de Monforte para impedir la pérdida del cuadro.

El episodio fue muy conocido, porque todos los periódicos, gallegos y nacionales, informaron de este suceso con amplitud.

El cuadro estaba en Monforte desde finales del siglo XVI y era muy apreciado, pero no se reconoció su gran valía hasta las postrimerías del XIX, en que se atribuyó la autoría a Hugo Van der Goes.

Ya lo había intuido en 1878 la condesa de Pardo Bazán en una visita que hizo al colegio del Cardenal de Monforte, regido por los Escolapios, cuando se dirigía a Ourense a la celebración del bicentenario del P. Feijóo. La escritora, según el vigués Juan Neira Cancela que la acompañaba en ese recorrido, se extasió ante “un magnífico cuadro de la escuela flamenca”.

Al año siguiente fue Murguía quien escribió el primer estudio sobre el retablo, pero quien hizo que se conociese internacionalmente su valor será el historiador de arte Émile Bertaux.

Las necesidades de arreglar el colegio de los escolapios de Monforte cuya iglesia guardaba esta obra de arte motivó que se pensase en venderla y lo hicieron los propios religiosos al Museo de Berlín en 1913 al precio de 1.200.000 pts. El cuadro había tenido otros postores que incluso pagaban más pero el compromiso adquirido se respetó.

"Los escolapios de Monforte vendieron la obra al Museo de Berlín en 1913 al precio de 1.200.000 pts para reparar su colegio"

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Los vigueses fueron los primeros que supieron de la llegada a España del director del Museo de Berlín, Max J. Friedlander, en diciembre de 1913, porque atracó en el puerto para recoger la obra, y conocieron cuando salió hacia Alemania, el 20 de diciembre.

Al día siguiente, mientras navega, custodiado por el director del Museo, Friedrandler y sus ayudantes, la Asociación de Turismo de Galicia, elevó al Consejo de Ministros un telegrama de protesta por la expoliación del patrimonio. Firma su presidente, el vigués Guillermo Oya. El día 26, el Gobierno contesta y echa la culpa al anterior ejecutivo, aunque advierte que legislará para evitar la pérdida de patrimonio artístico. Así fue.

La salida de esta tabla flamenca desde Vigo fue la última venta del patrimonio artístico a un país extranjero, ya que en enero de 1916 se publicó la “Ley sobre conservación de Monumentos, Edificios, Templos y objetos históricos o artísticos”.

Por fortuna durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial el cuadro no sufrió daños y hoy se puede contemplar en una dependencia del Museo de Berlín como una de las grandes obras.

Una cesión temporal de la “Adoración” para ser exhibida en Vigo el día de Reyes de 2023 podría no ser una utopía si se produjera una conjunción de voluntades de los poderes gallegos. Es una de las pinturas excepcionales del patrimonio de la comunidad. Su exposición como pieza central en el vigésimo aniversario del Marco sería uno de los mayores acontecimientos culturales que haya vivido la ciudad y Galicia. Porque después de Vigo podría exponerse en Monforte, de donde procede.

Puestos a calibrar la gama de posibilidades de esta idea, podría decirse que es una ensoñación más que un futurible. ¿Pero por qué no creer en los milagros en estas fechas en el territorio donde habita la Navidad? Sea como sea, el Marco debería organizar a partir de noviembre de 2022 una gran exposición de aniversario.

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