Hace unos días falleció Víctor Moro y creo de justicia dedicarle un afectuoso recuerdo y un reconocimiento por la labor que hizo a favor de la pesca gallega. Fue un personaje clave en los momentos de la Transición del franquismo a la democracia, esa transición que algunos pavipollos revolucionarios sobrevenidos desprecian cuando fue ejemplar. Víctor Moro tenía fuerza política en la UCD, fuerza que al igual otros grandes hombres como D. Manuel Fraga, supo poner al servicio de Galicia. La pesca con él cobró en aquel momento fuerza una fuerza política que era necesaria en una época especialmente turbulenta para los intereses pesqueros de Galicia. Viví de cerca ese difícil período y pude colaborar con él.

La primera labor que tuvo que afrontar fue la de transformar la Dirección General de pesca y la Subsecretaría de la Marina Mercante en un organismo civil, abandonando una estructura de base militar que ya no tenía sentido en los nuevos tiempos que exigían experiencia directa en Pesca y economía marítima. Formó un equipo “civil” con Gonzalo Vázquez, otro hombre proveniente de la empresa pesquera y comprendió que las negociaciones internacionales iban a tener una especial relevancia ya que en 1977 cambió el régimen jurídico internacional con la extensión generalizada de las zonas exclusivas de pesca a 200 millas, que comprendían una gran parte de los caladeros que antes eran internacionales y donde faenaba la flota española de gran altura. Las negociaciones iban a cobrar una especial relevancia ya que muchos países aspiraban a desplazar a la flota española, principalmente gallega, de sus caladeros tradicionales para luego vender ellos en el mercado español lo que hasta entonces venía pescando nuestra flota. Para ello incluyó en su equipo a un brillante diplomático, Javier Conde de Saro, que llegaría a embajador y que iniciaría un período intenso y milagrosamente exitoso de negociaciones en los que la flota española pudo mantener un nivel muy razonable de actividad; yo tuve la suerte de participar en muchas de esas negociaciones y doy fe de que no fue nada fácil.

Pero además Víctor Moro procedía de una empresa puntera en la pesca mundial, Pescanova, creada por un grupo de gallegos buenos y generosos, entre los que es necesario mencionar a D. José Fernández, Valentín Paz Andrade y otros que supieron adoptar desde su profundo amor a Galicia una estrategia de internacionalización de la empresa, que luego seguirían otras muchas, y que constituye un verdadero ejemplo a seguir aún hoy en día. Con verdadera visión de futuro decretó la bilateralización del comercio pesquero, lo que constituyó un verdadero instrumento en las negociaciones, donde se les decía a los países que si pretendían entrar en el mercado español tenían que dar facilidades a la flota española para que continuara trabajando en sus caladeros hasta entonces tradicionales e internacionales. Por otro lado, estableció el régimen de empresas mixtas, donde se daban facilidades arancelarias a aquellos países que acogieran a las inversiones de capital español en la pesca. Eso fue el germen de la internacionalización de todo nuestro sector pesquero de cuyos beneficios disfrutamos aún ahora. Se empezó también el régimen de derechos pesqueros donde cada flota asumía que debía de resolver sus problemas sin invadir el espacio ocupado por otras; esto fue el comienzo de la contingentación de los caladeros que permitió un orden en el proceso de reestructuración de las flotas, que ningún otro país de la Unión Europea ha llevado a cabo. Muchas de estas políticas habrán de ser adoptadas por la Unión Europea en el futuro si quiere de verdad que exista un comercio pesquero justo y donde exista un verdadero Level Playing Field.

Fueron años muy difíciles, pero Víctor Moro, puso todo su esfuerzo en servir a la flota española, pero de manera especial a la flota gallega. Los gallegos ni podemos ni debemos de olvidar esto porque forma parte de la historia marítima de Galicia y explica por qué la flota gallega ha resistido tanto a los embates egoístas de muchos países que contribuyeron a crear una verdadera leyenda negra de la pesca española. Otro día hablaremos de ello, pero hoy es el momento de agradecer la obra de una persona tan importante para la pesca gallega. Descanse en paz Víctor Moro uno “dos bos e xenerosos”. Ni lo olvidamos ni debemos de hacerlo.

*Exconselleiro de Pesca