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Tribuna libre

Marcho que teño que marchar

Pocas expresiones gallegas sirven para explicar de modo tan rotundo y consistente la decisión de abandonar un lugar como “marcho, que teño que marchar”. La enorme simplicidad injustificada que todo lo justifica se convierte en razón suficiente para explicar las decisiones que no admiten alternativa.

El congreso del PSdeG ha dejado muestras evidentes de la quiebra interna del partido, de las diferentes familias que pueblan la organización, de las dificultades con las que se encontrará el nuevo Secretario General para construir la deseada unidad a la que aspira la militancia y la ciudadanía; pero sobre todo, ha mostrado que más allá de las legítimas discrepancias, los socialistas tienen heridas profundas que no se van a cerrar con un resultado electoral.

Ése es sin duda el primer reto de Formoso, y en ese camino ha conducido sus primeros esfuerzos. La amplia ejecutiva que ha construido es un intento por incorporar sensibilidades diversas, numerosas procedentes de los apoyos de Caballero, y ése es el mejor comienzo, pero es sólo un comienzo.

Valentín ha hecho un mejor discurso de entrada que de salida del congreso, todavía tiene que encontrar su sitio, sentirse el líder; también eso hay que aprenderlo mientras se hace el camino; pero le honra, y el congreso le agradeció de manera rotunda, rodearse y homenajear a Laxe, Touriño y Besteiro, tan injustamente tratados en otro tiempo dentro o fuera del partido.

Empezar por decir que en este PSdeG cuentan todos, y son todos y todas necesarios, genera ilusión dentro y fuera, ahora falta que cada uno sepa encontrar su sitio, y a veces eso no es fácil.

Porque ahora empiezan también las especulaciones, ¿qué pasará si el PSdeG pierde la Diputación de A Coruña? ¿quién será realmente el candidato a la Presidencia de la Xunta, Formoso o Besteiro? ¿se presentará Gonzalo Caballero a las primarias?; y así docenas de proposiciones especulativas que alimenten a los que esperan la siguiente batalla que les devuelva el espacio perdido. Y a esos desde hoy les digo: Valentín será candidato a la Presidencia de la Xunta, porque lo contrario sería un desastre.

Ése es siempre el error del PSdeG; una carga genética en el modelo originario de la organización que hace prevalecer la competición interna sobre la verdadera competición electoral; y eso, aunque a algunos les parezca mal, tiene mucho que ver con la lógica localista.

El juego de Valentín, en este sentido, es complejo, y absolutamente contrario al de Caballero; mientras Gonzalo se mantuvo al margen de los localismos, Valentín ha hecho de la lógica localista el motor del impulso gallego. Es una apuesta arriesgada, inteligente si los espacios de poder municipal se ponen al servicio de la lógica gallega, pero eso ha ocurrido muy pocas veces en este partido.

Ahora bien, si alguien puede hacerlo es Valentín; y no sólo porque es un alcalde, sino porque ha aprendido de los errores de otros y sabe que la mayoría de los alcaldes que lo apoyaron no pueden retornar a la posición anterior. Y eso le da mucha fuerza.

El único error del congreso ha sido lastimosamente de Gonzalo Caballero; más allá de si le asistía o no la razón en lo que decía, más allá de lo que haya trabajado durante estos difíciles años, llega un momento en que uno tiene que saber decir “marcho, que teño que marchar”, sin más juicios ni justificaciones.

*Equipo de Investigaciones políticas de la USC.

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