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Joaquín Rábago.

360 grados

Joaquín Rábago

Los liberales se llevan el gato al agua

Pese a haber sido el cuarto en votos en las últimas elecciones alemanas, el Partido Liberal parece haberse llevado el gato al agua en las negociaciones para la formación del primer tripartito de este país a nivel federal.

Su líder, Christian Lindner, se queda con el poderoso ministerio de Finanzas, sin duda el más importante de un Gobierno que presidirá quien hasta ahora ocupaba ese departamento: el socialdemócrata Olaf Scholz.

Es un cargo que ambicionaba también el copresidente de los Verdes, Robert Habeck, quien tendrá que contentarse con el de Economía y Medio Ambiente, mientras que su correligionaria Annalena Baerbock será la primera titular de Exteriores del país.

Con el de Finanzas y otros cuatro ministerios, frente a los cinco para los Verdes –entre ellos, el de Alimentación y Agricultura– y los seis, además de la cancillería federal, de los socialdemócratas, ganadores, estos últimos, de las elecciones, los liberales han conseguido ver más que colmadas sus ambiciones.

Porque además de esos cuatro ministerios, el partido de Lindner ha logrado sus principales objetivos: seguirá sin haber limitación de velocidad en las autopistas alemanas, no se subirán los impuestos, no habrá flexibilización del tope constitucional a la deuda ni se acabará con la medicina de dos clases: la privada y la pública.

El grupo parlamentario de los Verdes, que se había resignado a quedarse sin el ambicionado ministerio de Finanzas, pidió explicaciones a Habeck por el hecho de que hubiese dejado otro departamento clave desde el punto de vista medioambiental como es el de Transportes en manos de los liberales.

Para conseguir ese ministerio, los liberales encontraron un aliado en el Partido Socialdemócrata, que no quería que un sector fundamental de la industria exportadora alemana como es el del automóvil tuviese que depender de los ecologistas.

Los Verdes podrán al menos dejar su impronta en agricultura, tema de singular relevancia también para ellos, mientras que los socialdemócratas han impuesto sus pretensiones en temas importantes para su electorado como son la subida del salario mínimo o las pensiones.

"Los Verdes podrán al menos dejar su impronta en agricultura, tema de singular relevancia también para ellos"

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Los ecologistas fracasaron, sin embargo, en su pretensión de que el Ministerio del Medio Ambiente, que controlará Habeck, pueda vetar las leyes de otros ministerios aduciendo motivos medioambientales, algo a lo que se opusieron socialdemócratas y liberales.

En el tema de las pensiones, los liberales han conseguido también que sus socios acepten que pueda invertirse en el mercado de capitales, algo que para los socialdemócratas equivalía hasta hace poco a traicionar al Estado social.

Por lo demás, el documento de 177 páginas en el que se plasma el acuerdo de coalición alcanzado por los tres partidos deja muchas cosas sin concretar: por ejemplo, cómo se financiarán los ambiciosos planes sociales y medioambientales del tripartito, cuándo se pondrá fin a las subvenciones al diésel o si se renunciará definitivamente al carbón para el año 2030.

El reto más inmediato al que tendrá que hacer frente la coalición es el que presenta la actual pandemia del coronavirus, que registra cifras cada vez más alarmantes en este país, para lo que se ha anunciado la creación de un gabinete de crisis del Gobierno federal y los länder.

La prensa alemana predice ya futuras tensiones entre los dos “machos alfa” del nuevo Gobierno, el ministro Lindner y el vicecanciller Habeck, que obligarán a intervenir al veterano Scholz, quien, como canciller, tendrá siempre la última palabra.

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