Opinión

Suministros

La crisis en la producción y distribución de suministros básicos ha abierto numerosos e insospechados interrogantes. Nos preguntamos por la excesiva dependencia de las fábricas asiáticas y, en consecuencia, por nuestra perversa conversión en una mera economía terciaria, de servicios; nos lamentamos por la escasez global y el agotamiento de determinadas materias primas y, en definitiva, asistimos a una especie de apocalipsis que, pensamos, amenaza con cambiar nuestras expectativas vitales.

Asombrados por los efectos y olvidando las causas, consideramos que la pandemia o el bloqueo en el canal de Suez de un gigantesco buque portacontenedores deben estar en el origen del caos creado en la red de suministros global. Pero estos hechos, en particular el drama humano y económico del covid, solo han sido aceleradores de una tendencia principal que ya venía afectando al comercio mundial. El estancamiento de los intercambios comerciales era una realidad contrastable desde la Gran Recesión iniciada en 2008 -paradigma de la globalización financiera-. La reacción de los movimientos desglobalizadores se concretan en Trump -“America first”- o el Brexit; crecen las barreras a los productos de alta tecnología (5G) y se busca la relocalización industrial, cuyo último botón de muestra lo tenemos estos días en el plan de Macron para el impulso de la industria francesa, dotado con cien mil millones de euros hasta 2030. ¿Qué hacer?.

En Galicia y antes de que O atraso económico de Galicia (1973) de Xosé Manuel Beiras enviara al limbo de la pereza mental a varias generaciones de economistas y políticos del país, existía algún atisbo de pensamiento en acción digno de ser hoy recuperado y acrecentado. Valentín Paz Andrade, tan enraizado en el alma viguesa por sus obras y su ejemplo, dejó algunas indicaciones útiles. Desde la canalización productiva del propio ahorro a la incentivación de una clase empresarial, emprendedora, capaz de extraer del país, de su situación geográfica, de sus recursos naturales y de sus potencialidades formadoras e investigadoras los factores capaces de acrecentar el dinamismo económico de Galicia.

Los abundantes fondos europeos para la recuperación son una oportunidad para adaptarnos a las condiciones del nuevo orden mundial. La poca transparencia, la limitadísima participación social y la insuficiente información disponible hacen temer lo peor. El liderazgo de Feijóo se pone a prueba en este proceso clave y en esta hora concreta. Necesitamos respuestas.

*Economista

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